Eduardo Estrada salió tan joven del país que no tuvo la oportunidad de disputar ninguna carrera élite.
Tenía tan solo 18 años de edad y fue a parar a la escuela de formación del Ag2r en Francia, la cual lo recibió con los brazos abiertos al presenciar la gesta que había logrado en el Panamericano de México en 2013, en el que ganó cinco oros, cuatro en pista -más dos récords continentales-, y una en ruta.
“Sí, esos resultados me abrieron la puerta al Viejo Continente”, dice, lleno de orgullo, el ciclista santandereano, quien este año fue contratado por el Lampre-Mérida, de Italia, que a su vez lo cedió en préstamo al D’Amico Bottechia.
Y Estrada, un “volcán” activo pero en calma, regresó de Europa dos años después con la clara ilusión de volver a hacer erupción en el ciclismo pero ahora como sub-23 en un certamen que aguardaba con ansias, la Vuelta a Colombia 2015.
“En Colombia el nivel es muy exigente, y además esta es la primera carrera que hago de dos semanas. Sin embargo, tengo muchas ganas de hacer un buen papel y lograr importantes cosas para el equipo y la familia, que está muy pendiente de mí”, sostuvo el nacido en Sabana de Torres, Santander, pero quien competía por Antioquia, departamento con el que logró un título nacional de ruta y siete medallas de oro de pista, siendo juvenil.
Aunque no ha ganado una carrera en Europa, pues sabe que es complicado por el nivel tan alto, Estrada no se desespera, al contrario, dice que trabaja con mayor responsabilidad y motivación para seguir dejando huella. “Voy paso a paso y aprendiendo, también pensando en el momento. Me gusta estar en un bajo perfil, soy un poco desconocido porque me fui joven y es difícil ganar, pero sé que haciendo bien las cosas, entrenando fuerte, con esmero y dedicación podré lograr mis metas”, afirma el hijo de Jhon Faustino Estrada y Jazmín Celis, y que además ya domina francés e italiano.
Su entrenador en el D’Amico, el italiano Massico Codol, lo valora. “Es un hombre determinado, que tiene claro cuáles son sus objetivos, talento posee y de sobra”.
“La meta en mi primera Vuelta a Colombia es pelear la sub-23 y una etapa”, se ilusiona el hombre de 1.82 metros de estatura y 66 kilos, quien espera despertar de nuevo el talento que tiene dormido .*Invitados Fedeciclismo