Hace un par de años, no recuerda cuántos, Duván Atapuma vivió el momento más traumático desde que monta en bicicleta.
Cuenta que rodaba desde su natal Túquerres a la vereda La Jardinera, al sur de Nariño, a visitar un amigo que estaba de paso. No iba solo, uno de sus tíos, nada más y nada menos que Darwin Atapuma, lo acompañó, pero como no había bicicleta para los dos, compartieron una.
Él, menudo y bajito, iba sobre el tubo, en la parte delantera, mientras su tío tenía el control del vehículo. Tras 15 minutos de trayecto, en un movimiento fortuito, Duván metió el pie derecho en el tenedor de la rueda y de inmediato se fueron al suelo.
Se golpearon tan fuerte que tuvieron que ser auxiliados por algunos pobladores y llevados a un hospital.
El primero en llegar al centro hospitalario fue Remigio, papá de Duván y hermano mayor de Darwin.
Tras pasar la angustia por el mal rato llegó el regaño. Remigio, quien impulsó la carrera de su hermano e hijo, les pidió que tuvieran más cuidado, “un accidente de estos puede acabar sus carreras”.
Con el tiempo, el hecho pasó a ser una anécdota que al recordarla les saca carcajadas. “Ya nos reímos de eso porque en realidad la caída fue muy graciosa”, relata Duván, de 22 años, mientras se acomoda el casco antes de salir a una de las etapas del Clásico RCN.
El “Pumita”, como es conocido en medio del pelotón de la competencia que hoy llega a Villa de Leyva, hace su segunda participación en el evento con el equipo Avinal GW El Carmen de Viboral, que ayer, y por cuenta de su trabajo en la montaña, ganó la cuarta etapa con el ecuatoriano Alexander Cepeda (ver protagonista).
Su perfil de escalador, por ser “pequeño y liviano”, y su paso por Europa con el equipo español Ginestar fueron argumentos para que el entrenador Gabriel Jaime Vélez lo tuviera en cuenta en su nómina para pelear el título sub-23 del “Duelo de Titanes”.