La sonrisa de Esteban Chaves sigue de moda en el Giro de Italia. En la carretera, el hombre de 1,64 metros de estatura exhibe su talento y continúa brillando como su blanca dentadura tras finalizar cada etapa.
Está feliz, y no es para menos, pues su equipo no solo viene haciendo la diferencia en la carrera rosa, sino también él, que ahora es segundo en la general individual y primero en clasificación de los jóvenes.
El bogotano, ganador del Tour del A’venir en 2011 y que dos años después sufrió un accidente (fractura de clavícula) durante el Trofeo de Laigueglia, evidencia fortaleza física y mental en su primer Giro, en el que está a 10 segundos del líder, su compañero en el Orica Greenedge, el australiano Simon Clarke.
“Vamos a defender el liderato del equipo lo más que podamos, esa es nuestra prioridad en el Giro, donde no hay mucho que se pueda guardar”, así le expresó Chaves a Éder Garcés, vocero de la Federación Colombiana de Ciclismo, en la previa de la cuarta etapa, en la que ayer ratificó sus palabras al finalizar quinto.
Chaves les dio batalla en la jornada de 150 kilómetros, entre Chiavari y La Spezia, a los grandes favoritos al triunfo final, entre ellos Alberto Contador (Tinkoff - Saxo), Fabio Aru (Astana) y al propio Rigoberto Urán, que cedió terreno en el ascenso al premio de montaña de tercera categoría en Biassa, a 10 kilómetros de la meta.
Hoy Chavito, como le dicen a Esteban, luchará por la camisa rosa en la quinta etapa que termina en el alto Abetone, un puerto de segunda categoría..