Atípica fue la etapa 19 del Tour de Francia. Las condiciones climáticas que rodeaban la fracción de 126.5 kilómetros entre Saint Jean de Maurienne y Tignes obligaron a detener la carrera a 25 km de meta cuando los corredores estaban iniciando el descenso del L’iseran.
Los jueces de la carrera decidieron detener la prueba por el mal estado de la carretera debido a la nieve que se estaba derritiendo en la vía tras una granizada y que estaba generando charcos que podían poner en riesgo la integridad de lo ciclistas.
Además, en uno de los tramos de la vía hubo un desprendimiento de tierra que incluso, hizo correr a los aficionados que esperaban el paso de los ciclistas.
La organización del Tour anunció en su cuenta de Twitter que debido a “condiciones climáticas adversas” no se terminará en el lugar programado, así las cosas “los tiempos se toman en la cima del Col de L’iseran”.