Independiente Medellín llegó al clásico 307 con la necesidad de una victoria para mantener sus opciones de clasificar a los cuadrangulares semifinales y, aunque lo intentó y estuvo mejor que Atlético Nacional, no le alcanzó.
El encuentro, que tuvo momentos frenéticos, sobre todo en el segundo tiempo, terminó 0-0.
Antes del partido, una gran mayoría de hinchas del Poderoso se reunió en el Parque Berrío para marchar desde allí hacia el estadio Atanasio Girardot y pedir la salida de Raúl Giraldo, máximo accionista del equipo. Con cánticos de “No va más, no va más Raúl Giraldo no va más. Venda el equipo, respete la hinchada, acá estamos ustedes no son nada”, y pancartas con el mismo mensaje: “Raúl Giraldo venda al DIM”, llegaron hasta la unidad deportiva.
Ya adentro en las tribunas llegaría el espectáculo de las barras con la salida de los equipos, y el humo de color rojo y azul, y verde y blanco. También hubo fuegos pirotécnicos para recibir a ambos conjuntos.
El rojo y azul predominó, teniendo en cuenta que el Equipo de Pueblo asumía la localía. Sin embargo, no hubo presencia de hinchas en la tribuna oriental baja, que estaba sancionada. Mientras que en sur se ubicó, como de costumbre, la barra verdolaga.
En occidental y oriental alta se mandó un bonito mensaje de convivencia con la mezcla de camisetas verdes y rojas.
Cumpleaños rojo
La afición escarlata tenía además un motivo para celebrar y era que el conjunto estaba de cumpleaños y como regalo en sus 108 abriles quería una victoria frente a Nacional. Con esa actitud salió a afrontar el clásico 307.
En el primer tiempo, el conjunto rojo tuvo la oportunidad de irse arriba en el marcador con un tiro libre de Agustín Vuletich, pero su disparó golpeó la cruceta de la portería de Kevin Mier, que de ahí en adelante, con sus atajadas, se fue transformando en la figura del compromiso.
Después, Medellín tendría otra llegada peligrosa en la que Mier evitó que un balón al área llegara a los pies de un atacante escarlata.
Decisiones verdolagas
Nacional, por su parte, decidió habilitar a Danovis Banguero y Jéfferson Duque, quienes estaban suspendidos por acumulación de amarillas, pero gracias a la convocatoria de Yerson Candelo y Sebastián Gómez al seleccionado, el técnico Alejandro Restrepo podía habilitar a dos jugadores.
En cambio, Jarlan Barrera y Aldair Quintana, quienes estaban en la misma situación, fueron reservados para el duelo de la última jornada de la fase de todos contra todos frente a Millonarios.
El verde le cedió la iniciativa al elenco escarlata, que empezó a manejar el partido gracias a la agresividad de los volantes de recuperación: Adrián Arregui y Juan Carlos Díaz, quienes desconectaron los circuitos verdolagas en el medio del campo. Además arriba, la movilidad de Vuletich y Vladimir Hernández confundía a los centrales Felipe Aguilar y Emmanuel Olivera.
Nacional intentaba reaccionar saliendo rápido al ataque, sobre todo por el costado de Dorlan Pabón, quien intentaba generar peligro con su buena media distancia.
Mejor el segundo tiempo
Así terminó el primer tiempo, pero para la segunda etapa, Medellín salió decidido a buscar el partido porque sabía que el empate le estaba quitando las opciones de clasificar. Por eso el rojo adelantó líneas, mientras que Nacional le apuntaba a salir rápido desde atrás y sorprender con el contragolpe.
Fue en esta etapa que el portero verde se empezó a lucir, primero con una chilena de Vuletich en la que reaccionó de manera felina para evitar la caída de su portería, y también en un remate desde fuera del área de Díaz.
El rojo intentó por todos los caminos, pero no pudo encontrar el gol y el partido terminó 0-0 dejándolo sin ninguna opción.
Al final, el técnico de Nacional, Alejandro Restrepo, indicó que su equipo le faltó profundidad y finalización.
“Son partidos de finales, Medellín se jugaba el todo por el todo, su clasificación y nosotros sentimos el rigor y la intensidad del partido, pero destaco el pundonor, la competitividad de este grupo de jugadores, que en momentos difíciles supo sacar el arco en cero”.
Por su parte, el técnico del DIM, Julio Comesaña dijo que terminó con un sentimiento de orgullo y satisfacción por lo que hizo el Medellín.
“Dimos la batalla todo el tiempo y Nacional terminó jugando al contraataque, más allá de que nos faltó la eficacia, me gustó la elaboración de juego, como tocó, trianguló y recuperó la pelota en campo contrario. Verlo jugar así me pone contento, sabía que podíamos quedar eliminados y nadie se ha muerto de eso. Lo importante es la reingeniería que hagamos, revisar otras cosas y mejorar, no es una situación para echarnos a llorar”