Prepararon una estrategia como si fueran a jugar la final más importante de sus carreras. Para ello trajeron refuerzos de exterior, Natalia Gaitán (España) y Melissa Ortiz y Isabella Echeverri (EE. UU.), que se unieron a Daniela Montoya, Oriánica Velásquez, Nicole Regnier, Íngrid Vidal, Leicy Santos y otras integrantes de Selección Colombia de mayores, aquella que por su calidad un día recibió el calificativo de “Superpoderosas”.
Esta vez no jugaban por un título, pero sí por el honor, por la verdad, por defenderse de los señalamientos de los directivos de la Federación, en especial del presidente de la Difútbol, Álvaro González, quien ha sido el vocero del fútbol femenino durante muchos años. Con pruebas en la mano, ellas le hablaron al país sobre la realidad que han vivido durante concentraciones y torneos que las hizo levantar la voz y denunciar.
Y para sentirse más seguras en la táctica a ejecutar, acudieron ante un especialista: el presidente de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, Carlos González Puche, vocero de la entidad que agremia a los hombres y a las integrantes del combinado patrio de mayores.
El resultado no pudo ser mejor, pues como manifestaron tras la rueda de prensa de ayer en Bogotá, estaban felices. “Demostramos que no eran chismes lo que decíamos”, dijo Melissa Ortiz, mientras la capitana Natalia Gaitán corroboró que desde 2012 han intentado que la Federación les ofrezca entrenamientos, fogueos internacionales con rivales fuertes y mejor apoyo económico. “Nunca hubo respuesta, la comunicación nunca fluyó”, agregó Natalia.
En el almuerzo y luego de sentir como propias las lágrimas de Daniela Montoya que lloró mientras daba su testimonio de “veto” (ver ayudas), se abrazaron, le reiteraron la solicitud de perdón por no haberla apoyado en su momento y se comprometieron a continuar la lucha por mejores garantías, “para que las nuevas generaciones no sufran lo mismo”, apuntó Isabella.
González Puche dijo que en su condición de abogado no podía respaldar un movimiento sin pruebas, y luego de reunirlas, se la jugó con ellas. “Lo más importante fue que las deportistas, personalmente, le dieron a conocer al país la realidad del fútbol femenino y dejaron claro que la única forma de construir procesos y acuerdos es que no se les ignore. La Federación sigue, a la espalda de clubes, árbitros y futbolistas haciendo las reglas de manera individual”, señaló.
La lucha no termina allí, pues están a la espera de reunirse este lunes con Ramón Jesurún, quien las convocó para escuchar propuestas y posibles soluciones.