Después de disfrutar del espectáculo que brindaron Medellín y América en la final de la Liga Femenina en Colombia, el pasado 30 de septiembre, con título para las vallecaucanas, los aficionados disfrutarán desde este viernes, y durante 17 días, de la Copa Libertadores en Quito, Ecuador.
La participación nacional con tres clubes es una conquista más de las futbolistas, que este año lograron la continuidad del campeonato local, garantías en temas de indumentaria y viáticos cuando son convocadas a la Selección (campeonas en Juegos Panamericanos) y mayor visibilidad en medios de comunicación, entre otras.
La competencia, que llega a la undécima edición, tiene novedades: por primera vez habrá 16 elencos, entre los que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), entidad que regula el balompié en el cono sur, repartirá una bolsa de premios de 979,4 millones de pesos colombianos.
El campeón recibirá 295 millones, el segundo 173,4 y el tercero 104,1. Solo por participar, cada elenco recibirá 26 millones de la moneda nacional.
Estas cifras, sin embargo, son lejanas a las de la Copa Libertadores masculina, que este año reúne 47 equipos y tiene 59 años de historia. Solo para tener la referencia, la premiación asciende a 556.393 millones de pesos, de los cuales $41.239 millones son para el campeón. El segundo recibe la mitad.
Aparte del conjunto vallecaucano, el país estará representado por el Independiente Medellín-Formas Íntimas, segundo del torneo local que finalizó el pasado 30 de septiembre en el estadio Atanasio Girardot, y el Atlético Huila, vigente campeón de la Copa Libertadores tras derrotar en la final de 2018 al Santos en suelo brasileño.
Son tres equipos con proceso y que, excepto el DIM, reforzaron sus nóminas en un esfuerzo económico plausible, pues como asegura Diego Perdomo, presidente del conjunto opita, en su caso “se hace con recursos de la institución”.
El dirigente agrega que todavía no hay un patrocinador importante en la Libertadores femenina, pero resalta los cambios implementados en el número de equipos y el sistema de juego. “El crecimiento se verá reflejando con el paso del tiempo, así que por ahora cada uno debe preocuparse por seguir creciendo para aportar en el desarrollo general del deporte”.
Y coincide con sus colegas del América y el DIM en que, en el futuro cercano, será necesario que mejoren los premios y que el campeón pueda competir con su homólogo de Europa como se hacía antes con los hombres con la Copa Intercontinental, enfrentamiento que en 2005 fue absorbido por el Mundial de Clubes al que asisten los mejores de la seis confederaciones (Asia, África, América del Norte, América del Sur y Oceanía) y el ganador de la liga del país sede. En Europa existe la Liga Champions para mujeres.
La visibilidad mediática, especialmente en la televisión, sostiene la jugadora antioqueña Paula Botero, “irá mejorando siempre y cuando en cada federación haya un compromiso real de tener campeonatos duraderos y de calidad”.
Otro aspecto, que subraya Perdomo, es la mentalidad de las jugadoras colombianas. Apunta que ellas ya se comportan como profesionales. “Así no sea mucho, reciben sueldos (oscilan entre un salario mínimo que es de $828.116 pesos y 6 millones) por hacer lo que les gusta y pueden contribuir con sus hogares, eso las fortalece y hace que se entrenen y comporten como atletas de élite”.
Inversión a futuro
Aunque los tres elencos nacionales no revelaron cuánto les cuesta asistir a la cita en Quito, esta estaría cercana a los 100 millones de pesos. El solo pago de la nómina (jugadoras y cuerpo técnico) por este mes le vale, a cada uno, 50 millones, promedio. A esto hay que sumarle los gastos para cumplir los requerimientos de la organización, como exámenes médicos, indumentaria nueva, viáticos y medicamentos. Es decir que, para salvar la participación, hay que aspirar, mínimo, al tercer lugar.
Para esta ocasión cada participante, entre las peticiones que hay, llena un formulario en el que debe detallar su trabajo y compromiso real con el fútbol femenino. Así las cosas, se viene una exigencia mayor para quienes anhelan competir en eventos futuros organizados por la Conmebol. Lo que se busca es que los recursos que aporta la Fifa cada año a través de sus confederaciones para el fútbol practicado por mujeres llegue a su destino.
Dominio brasileño
Retomando la parte competitiva y, a manera de antecedente del certamen que se inaugura en Ecuador, los clubes de Brasil han ganado siete torneos con San José (2011, 2013, 1014), Santos (2009, 2010), Audax/Corinthians (2017) y Ferroviaria (2015). Se le atravesaron en el camino Colo Colo de Chile (2012), Sportivo Luqueño de Paraguay (2016) y Atlético Huila (2018).
Hay que anotar que las seis primeras ediciones fueron en el país de la samba con mayoría de equipos de esa nación, y luego se descentralizó para llegar a Colombia, Uruguay y Paraguay, también sedes. A diferencia de los hombres que dura 11 meses y se hacen partido en todos los países, el torneo de la mujeres es un solo lugar durante 20 días.
El año pasado retornó a Brasil y ahora Ecuador asume el reto de la organización, luego de sortear las dificultades por el estado de excepción decretado por el Gobierno que puso en riesgo la realización del campeonato.
En Quito están, para empezar la contienda deportiva, los 10 campeones de cada una las federaciones de la Conmebol, un invitado más del país anfitrión, el ganador del año pasado y cuatro conjuntos con base en el ranquin que encabezan, en su orden, Brasil, Chile, Colombia y Paraguay (ver ayuda de grupos y sistema del campeonato).
“Llevamos la representación de Colombia y tenemos tres oportunidades para hacerlo dignamente con América, Huila y Medellín”, comenta la dirigente Liliana Zapata, pionera con el Club Formas Íntimas en 2009 cuando fueron terceras.
Además de estos conjuntos, en la historia de la Copa el país ha contado con la presencia de Santa Fe (primer campeón de Liga colombiana en 2017), a Generaciones Palmiranas y a Real Pasión. Y ha sido protagonista con goleadoras como Catalina Usme, Diana Ospina y Manuela González que este año repiten actuación. A continuación, una mirada a los planteles colombianos que le mostrarán al continente, y al mundo, la evolución del fútbol femenino.
Huila contrató siete refuerzos
El equipo opita debuta este viernes, a las 5:00 p.m., frente al Peñarol de Uruguay, en el inicio de la defensa de su título surcontinental.
Ese rótulo, según su dirigente Diego Perdomo, les generó un gran compromiso, de ahí que hayan armado un elenco competitivo al cual llegaron siete refuerzos. La eliminación en semifinales de la Liga colombiana, ante DIM-Formas Íntimas, también le mostró al cuerpo técnico, que encabeza Albeiro Herazo, la necesidad de llenar vacíos en cada línea de la formación.
Para la defensa llegó la venezolana Nubiluz Rangel, quien viene de actuar con Colo Colo de Chile y el año pasado jugó con Atlético Nacional. Su compatriota Jaylis Oliveros igual se unió a este grupo que la recibió con alegría tras haber levantado con ella el trofeo en 2018. Y para completar esa solidez, recuperaron a la experimentada Carmen Rodallega.
Y como la idea era contar con deportistas de trayectoria internacional en su intento por retener el título, según el presidente Perdomo, repatriaron a Andrea Peralta, quien jugaba en Audax de Brasil.
La atacante tolimense Kena Romero también estará vestida de amarillo, junto a Jessica Peña, procedente de Cortuluá.
Y para completar una nómina de lujo, la antioqueña Carolina Arbeláez –foto– les dijo sí, luego del visto bueno de Atlético Nacional, su club de origen.
A propósito, esta mediocampista que, además de su buena condición técnica se destaca por el liderazgo, agradeció el recibimiento que le hicieron en el Huila: “Han sido muy especiales conmigo y vengo a aportar el máximo potencial como persona y como jugadora, a entregarlo todo por el uniforme que tengo puesto. Aquí hay mucha unión, el entrenador maneja una relación bonita con las deportistas y existe una identidad de juego en la que prima la utilización de extremos y volantes por fuera”. El último microciclo de preparación lo hicieron en Bogotá.
EL DIM se la juega con su base
El primer rival que tendrá el Medellín será Municipalidad Distrital de Majes, de Perú, este sábado a las 7:30 p.m.
Las dirigidas por el técnico Carlos Paniagua solo buscaron un refuerzo, la zaguera o volante Lorena Bedoya, pero no hubo acuerdo con Nacional, a pesar del deseo de la futbolista.
El Poderoso, que este año se estrenó en la Liga colombiana al hacer una alianza con el club Formas Íntimas, presentará en Ecuador un plantel netamente criollo.
La recuperación de la atacante Mayra Ramírez, ausente en los partidos de la final contra América por lesión muscular, genera tranquilidad para volver a tener presencia ofensiva gracias al aporte de esta deportista que fue campeona Panamericana con la Selección Colombia.
La base del equipo es Formas Íntimas, que participó por el país en las primeras siete ediciones de la Copa Libertadores (2009-2015). En ese período ocupó la tercera casilla en 2009, fue subcampeón en 2013 y cuarto en 2014.
Cuatro años después, jugadoras como Sandra Sepúlveda, Diana Ospina –foto–, Naila Imbachi y Paula Botero, todas con recorrido internacional, creen en la clasificación a la segunda ronda, para seguir el camino a la final. “Ese es el propósito, desde enero estamos trabajando fuerte y una vez terminó el torneo local seguimos entrenando. Hay un compromiso grande con las dos instituciones que nos respaldan y con una afición que nos arropó y nos ha hecho sentir muy bien”, asevera el estratega.
Frente a los rivales que tendrá, es cauto y dice que quizás los nombres no digan mucho por las pocas referencias que se tienen, pero recordó que la mayoría son campeones en sus federaciones. “Urquiza es el mejor de la historia en su país y cuenta con varias integrantes de la Selección de Argentina, igual sucede con Santiago Morning de Chile”, añade el timonel.
América, con aporte de otros clubes
Libertad Limpeño, de Paraguay, será el primer adversario del campeón colombiano, mañana a las 7:00 p.m. Un duelo para ratificar el nivel que le permitió la clasificación al conjunto vallecaucano, por primera vez, al torneo de la Conmebol.
El técnico Andrés Usme recibió, por parte de los directivos, un espaldarazo a su campaña y le contrataron cuatro futbolistas: Angie Taborda, de 25 años, quien jugó la Liga con Orsomarso. También para la defensa arribó Nancy Acosta, una de las figuras de Millonarios en la temporada. Atlético Nacional le cedió a préstamo a la joven Leysy Pulgarín (21 años) y llegó la volante Jessica Caro, del Cortuluá, e integrante del seleccionado de mayores.
La ausencia notable es la delantera Linda Caicedo, quien a sus 14 años es la revelación del fútbol colombiano. Esta jugadora no pudo ser inscrita porque la edad mínima para competir en la Copa Libertadores es de 16 años.
La que sí está confirmada es la goleadora Catalina Usme, quien en 2017 y actuando para Santa Fe, fue una de las más efectivas (4 tantos) en la Libertadores.
En el cuadro escarlata ha estado desde hace dos campañas Carolina Pineda –foto–, otra experimentada deportista que fue bastión en el título de Liga, al jugar todos los partidos. Ella, dueña del club llamado Águilas, le aportó una importante cuota de juventud al plantel americano en 2019 con Linda Caicedo y Estefanía Ramos.
En relación con la presencia de tres elencos colombianos en Copa, Pineda asegura que es una muestra de que, como país, “nos hemos convertido en una cantera importante de fútbol femenino; hacemos méritos y ya fuimos campeonas de la Libertadores con Huila”.
Añade que en Colombia la gente se identifica con ellas, porque conservan el corazón amateur a la hora de jugar, “lo que permite que el hincha vaya al estadio con amor y pasión”.
49
elencos, sin contar 2019, han participado en el certamen continental de clubes.