En un movimiento para erradicar el racismo del fútbol, la Fifa ha anunciado varias medidas drásticas que incluyen multas de hasta 5 millones de francos suizos (unos 6 millones de euros) y la facultad de suspender o incluso dar por terminados partidos ante incidentes discriminatorios.
Estas disposiciones, aprobadas en el 74.º Congreso de la Fifa y reflejadas en el Circular 1934, marcan un antes y después en la batalla contra este flagelo.
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Fuertes medidas contra el racismo
Entre las nuevas reglas, se destaca el poder ampliado para los árbitros. Los colegiados podrán detener, suspender o hasta finalizar encuentros si se producen insultos racistas desde las gradas, entre jugadores o miembros del cuerpo técnico.
Multas récord. Las sanciones económicas a los agresores alcanzarán hasta 5 millones de francos suizos, dependiendo de la gravedad del caso. Un aumento significativo frente a las cifras anteriores, que rondaban los 30.000 francos suizos.
También, intervención directa de la Fifa, que se reserva el derecho de acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) si considera que una federación nacional no actúa con contundencia. Además, podrá intervenir de oficio en investigaciones.
El máximo ente regulador del fútbol mundial dio un plazo a las ligas y federaciones para adaptarse, que tienen hasta el 31 de diciembre de 2025 para incorporar estas normas a sus propios reglamentos.
La decisión llega tras casos emblemáticos como el del brasileño Vinícius Jr, víctima reiterada de cánticos racistas en España, y el reciente incidente en la Copa Libertadores entre el venezolano Miguel Navarro (Talleres) y el paraguayo Damián Bobadilla, quien insultó a su colega del club argentino con frases xenófobas.
Gianni Infantino, presidente de la Fifa, ha calificado el racismo como un “crimen” y ha pedido colaboración con gobiernos y la ONU para tipificarlo penalmente. “El fútbol debe ser un espacio de respeto. Estas normas no son solo deportivas, sino éticas”, declaró Infantino durante el congreso de Fifa en Bangkok.
La inclusión de un protocolo de tres pasos (denuncia, advertencia y suspensión) y la posibilidad de descenso de categoría para reincidentes reflejan la urgencia del cambio.
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