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Si en Brasil están pensando que el domingo habrá una fiesta segura en el Maracaná, luego de una entretenida antesala de 90 minutos, que vayan con cuidado, porque lejos de ser un hecho fortuito, la clasificación de Perú a la final de Copa América, eliminando a Chile, es apenas uno de los seis hitos que ha marcado la era de Ricardo Gareca al frente del combinado inca, y seguro que con carácter nos les va a faltar para intentar otro, el más grande de todos, en el templo del fútbol brasileño.
Con el argentino al mando, durante cuatro años y cuatro meses de gestión, Perú hizo una remontada histórica cuando estaba desahuciado en Eliminatoria y clasificó al Mundial luego de 36 años; batió su récord de partidos invictos con 15 duelos sin perder, entre el 15 de noviembre de 2016 y el 16 de junio de 2018; con la presión de un triunfo para acceder al repechaje, venció a Ecuador por primera vez en su historia como visitante, en septiembre de 2017.
Un año antes ya había logrado su primer triunfo a domicilio por Eliminatoria en 12 años, una de las peores rachas negativas de selección alguna en el mundo en eventos clasificatorios al Mundial. Para cortar esa fatalidad, el elenco blanquirrojo goleó 1-4 a Paraguay, en Asunción.
Y la quinta gesta de los muchachos de Gareca llegó hace apenas seis días, cuando superó a Uruguay (5-4) por penales y de esta forma ganó su primera definición desde los doce pasos en sus 97 años de historia.
Ahora bien, aún con la nutrida hoja de vida que presenta el plantel inca en el Maracaná, a Brasil solo podría bastarle con una ráfaga de lucidez para conquistar su novena Copa América y dejar la campaña peruana, y todos sus méritos, en una emotiva historia. Y en caso de tener que exigirse al máximo, al equipo de Tite le sobran recursos defensivos, ofensivos; individuales y colectivos.
“Si bien es cierto que hemos logrado algo muy importante después de muchos años, creo que estamos conscientes y tranquilos de que falta un paso más para la gloria. Más allá de que algunos den por campeón a Brasil, hay que jugarlo con los pies sobre la tierra”, expresó el delantero inca Raúl Ruidíaz.
Lo cierto es que aunque muchos aficionados de diferentes nacionalidades habían comprado boleta esperando un Brasil-Argentina o un Brasil-Uruguay, vendido como la revancha o la refrendación del Maracanazo, seguro no se decepcionarán del espectáculo que podrían ver el domingo si deciden ingresar al estadio.
Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.