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Tras asegurar la anhelada medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río-2016, que le había sido esquiva en las justas de Atenas-2004, Pekín-2008 y Londres-2012 (plata), Óscar Figueroa, de rodillas, alzó la mirada al cielo, agradeció al público y comenzó a llorar. Besó seguidamente la barra de hierro y hasta se quitó, en plena tarima, las zapatillas, un ritual con el que quería anunciar su retiro, después de 22 años, de la actividad competitiva.
No fue necesario esperar que bajara de la plataforma para escuchar de sus labios que su inspirada y brillante historia en el levantamiento de pesas había llegado a su fin.
Días más tarde, en charla con este deportista que nació en Zaragoza, Antioquia, y que fue formado en el Valle del Cauca, dejó la puerta abierta para seguir firme en el alto rendimiento.
“Muchos decían que estaba viejo, simplemente tengo más experiencia”, comentó Óscar tras su triunfo en Río y luego de superar siete cirugías, cuatro de ellas en las rodillas y otra en la columna.
Su objetivo estaba puesto en defender el trono olímpico en Tokio-2020. No obstante, en noviembre pasado, de manera sorpresiva, convocó a una rueda de prensa y anunció la decisión de dar por terminada su carrera.
“Como todo en la vida, se cumplen y superan etapas. Es el momento de dar un paso adelante, habiendo llegado al deber cumplido como deportista olímpico, alcanzando los más altos logros”, sostuvo el haltero de 37 años de edad.
Como él, son varios los referentes que después de llegar a su etapa cumbre le han puesto plazo a su permanencia atlética, pero con el paso de los días ese ocaso se prolonga.
“El deporte suele convertirse en una adicción positiva”, dijo en el adiós de Figueroa el ministro del deporte, Ernesto Lucena.
Recientemente, y tras obtener bronce en el Mundial de atletismo en Doha, pese a las lesiones que la aquejan, Caterine Ibargüen, una de las mejores especialistas de salto triple, con cinco preseas mundiales y dos olímpicas, confirmó que su despedida de las pistas estaba cerca.
“Los Juegos de Tokio-2020 marcarán mi retiro”. ¿Será así? “También pienso en tener hijos, creo que esto hace parte del proceso de la vida”, le confesó en octubre del presente año Caterine a EL COLOMBIANO.
La cubana Regla Sandrino, quien entrenó a Ibargüen en su juventud, expresa que con la saltadora nunca se sabe qué puede pasar y agrega que aún no la ve con fecha de vencimiento. “Es poderosa de mente y cuerpo, tiene deseos y esto es primordial para mantenerse vigente”.
Jonathan Bustamante Villanueva, entrenador mental, comenta que el deportista se mantiene en pie por un sentimiento general: el amor.
“Aplaza su adiós porque aún no apaga su pasión por hacer lo que le gusta, y aunque haya anunciado el retiro, continúa vigente al darse cuenta que puede seguir rindiendo porque tiene experiencia, trayectoria, una memoria de triunfo, es lo que su corazón le dicta. También, al quitarse presiones derivadas de contratos económicos y otros factores externos, trabaja en la construcción de un legado, en ser ejemplo para los que vienen atrás”.
Pero, ¿por qué esos adioses se vuelven tan duraderos y no se cumplen en las fechas anunciadas? Tomar la decisión de abandonar el deporte, cuando prácticamente este se volvió una rutina, es en realidad un paso difícil. Así lo manifiesta Adriana García, psicóloga de Indeportes Antioquia.
“Ellos (atletas de todas las disciplinas) ya están adaptados a un estilo de vida y romper de raíz con esto se puede convertir en un tema complicado, pues es acabar con lo tradicional”.
La especialista comenta que esta es una ley natural que se debe cumplir y superar, y la compara como cuando una persona se jubila de su empleo. “Muchos no tienen un plan y ahí es cuando duele empezar de cero. La vida debe continuar para seguir creciendo en otros ámbitos”.
García explica que cuando ya se han adelantado otros proyectos, a los deportistas no les da tanta dificultad dejar atrás lo que ejercían. “Pasa lo contrario cuando no tienen algo planeado y empiezan los cuestionamientos, como: ¿por qué voy abandonar lo que sé hacer si todavía tengo más para dar? Por eso es tan importante que tengan profesionales a su lado que los ayuden a dar ese paso al cambio de su cotidianidad por otro que también les genere tranquilidad, y así hacer el proceso del duelo”.
El haltero Figueroa, medallista olímpico, tras estas vivencias, así lo entendió y ahora se proyecta a ser un dirigente exitoso. Aquí, otros ejemplos de figuras que ampliaron sus huellas a pesar de anunciar que ya se acercaba la hora de su partida .
ORLANDO DUQUE, FIGURA EN CLAVADOS
Se retiró por la puerta grande de su deporte. Muchos de sus seguidores lloraron y lo aplaudieron mientras daba sus últimos saltos el pasado mes de septiembre en Bilbao. Pero el vallecaucano, de 45 años, confesó, en charla con EL COLOMBIANO, que desde hacía 10 años venía resistiéndose al adiós, y en los últimos cinco, cada vez que iniciaba la temporada, decía que esa era la última. Por sus resultados es considerado el mejor saltador de altura del mundo. Sus buenas presentaciones hacían que no diera un paso al costado, pero finalmente las lesiones fueron el punto de quiebre para tomar la decisión.
GIRALDO PROLONGÓ SU RETIRÓ 9 AÑOS
El antioqueño Jorge Hugo Giraldo es un referente de la gimnasia en Colombia y Suramérica. Tanto así que, en homenaje a su legado, el coliseo de esta especialidad en la unidad deportiva Atanasio Girardot, de Medellín lleva su nombre. Múltiple medallista en eventos internacionales, Jorge Hugo empezó a anunciar su retiro tras los Olímpicos de Pekín-2008. “Se me hacía complicado retirarme porque me era extraño ir al gimnasio y sentirme competitivo”, contó Giraldo desde Estados Unidos, donde reside. Tras no lograr su cupo para Río-2016 dio el paso al costado a sus 37 años de edad, 28 de ellos dedicado al deporte.
ANTONY REGRESÓ 10 AÑOS DESPUÉS
El Pipa de Ávila anunció su retiro en 1999, y de hecho lo hizo. Sin embargo, diez años después, a sus 45, el delantero volvió a las canchas en representación del equipo de sus amores, el América de Cali, con el que jugó seis meses más.
En su regreso anotó dos goles.
Es el máximo artillero en la historia del club vallecaucano con 206 tantos. Con la Selección Colombia marcó en 13 oportunidades, tras disputar 54 partidos. Convirtió casi 300 goles en su carrera deportiva. Se retiró definitivamente a los 46 años y 10 meses, siendo el deportista más longevo en jugar en el balompié nacional.
EL RETIRO YA NO ESTÁ EN SU MENTE
“Mientras les pueda dar susto a las rivales y no tenga molestias graves, pues sigo. El deporte me mantiene viva”. Esto asegura Carmenza Delgado, pesista y abanderada de Colombia en los Olímpicos de Atenas-2004. En 2006, tras los Centroamericanos en Cartagena, anunció su retiro, aunque a sus 47 aún no lo concreta. “En realidad lo sigo haciendo por el tema de salud. Mis hermanos se retiraron de las pesas (Robert, Damarys, Mauricio) y el atletismo (Iveth) y ahora son hipertensos y diabéticos, a mí no me duele nada, solo me salen canas (risas)”. Carmenza, en más 87 kg, acaba de ganar 2 platas y un bronce en los Nacionales de Bolívar.
DIANA YA EMPEZÓ DUELO DEL ADIÓS
“Antes de los Olímpicos de Río-2016 había pensado en llegar hasta ahí y retirarme. Pero sentí que me quedaron muchas cosas pendientes en el deporte. Ahora, a mis 35 años, estoy haciendo el duelo de una forma más metódica, tranquila, sin acelerar el proceso porque pienso que eso me estresaría mucho. No sé si dure uno o dos años compitiendo, lo que sí es claro es que no llegó a los Juegos Nacionales, dentro de cuatro años, en realidad hasta allá no aguanto”, manifestó la clavadista antioqueña Diana Pineda, quien ha participado en los Juegos de Sídney-2000, Pekín-2008 y Río. Apunta a Tokio-2020.
CARMENZA MORALES, TODO UN EJEMPLO
A sus 52 años es una consagrada del deporte. La triatleta, quien estuvo en los Olímpicos de Sídney-2000 y suma varias medallas en eventos internacionales, continúa dando batalla. “Una vez, cuando tenía 42 años, dije que mi retiro del alto rendimiento estaba cerca, pero no de manera recreativa. A los 47 dejé de hacerlo profesionalmente. No se me están acabando los años sino las categorías de competencia (risas). Me preguntaban que cuándo iba a descansar. Les respondía que uno lo hace cuando se muere. Esto es una estilo de vida. Una frase dice que los triatletas no envejecemos, cambiamos de categoría”.
Periodista del área de Deportes