Por Andrés f. Atehortúa
Después de entregarle 34 años de su vida a la Corporación Los Paisitas, Carlos Iván Hernández Bonnet recibe honores en la edición 2022 del Festival de Festivales que comenzará este sábado.
El certamen, que en 2022 reúne 5.306 participantes, lleva su nombre, fruto del reconocimiento a su labor social y compromiso con el deporte.
Conocido por sus amigos y personas cercanas como “Kalimán” (en alusión al personaje de la radionovela de los años 60) nació en Manizales, pero como él dice, “uno no es de donde nace, sino donde se hace”. De pequeño sus padres tomaron la decisión de radicarse en Medellín por factores económicos, pues la empresa en la que trabajaba su padre tenía la sede principal en esta ciudad.
Describe su niñez como “maravillosa” porque aún después de tantos años, recuerda los momentos en los que jugaba con las bolas, la correa escondida y cuando con sus amigos fabricaban carritos con cajas de fósforos. A pesar de que su familia no estuviera bien económicamente, logró vivir una infancia creativa que le permitió “crecer moral y disciplinariamente”.
Antes de vincularse a la Corporación, “Kalimán” comenzó su carrera como comunicador. Su primera experiencia la tuvo en la Voz de la Independencia en 1973. Su sueño, en principio, era ser periodista deportivo, motivado por el amor a la actividad física e influenciado por su hermano Javier Hernández Bonnet.
En 1979, Carlos Iván llegó a Radio Súper, en donde fue director de Deportes, siendo la persona más joven del equipo de trabajo en la emisora. Luego de esa experiencia llegó a Toledar donde estuvo hasta 1985.
Arribo a su pasión
Una temporada después ingresó a la Corporación Los Paisitas como director de Comuniaciones. Al comienzo combinaba su trabajo con labores periodísticas para Cicrodeportes (hoy Acord Antioquia).
Hasta que llegó al momento en que debía definir si continuaba como periodista o entraba de lleno al trabajo social que comenzaba a construirse en la Corporación. Su decisión fue “compatir con la gente, con los que tenían, los que no tenían, aquellos que estaban creciendo y necesitaban oportunidades”.
Cuando “Kalimán” ingresó a Los Paisitas solo se realizaba un torneo de fútbol con 16 equipos. Transcurrido el tiempo y hace aproximadamente 11 años se lleva a cabo el Festival de Festivales que reúne 16 disciplinas.
Para este dirigente, el deporte es “un canalizador” de la violencia en cualquiera nivel, ya sea profesional o aficionado. Otra de las razones por las que duró más de tres décadas en la entidad, en la que se pensionó el año pasado, fue pensar en las personas que ven el Festival como su sustento económico “vendiendo agua, jugo, mango, cuidando carros; todos a los que este les soluciona la vida por un momento, así sea durante un mes”.
Duro episodio
Dice que el momento más triste de su vida fue el fallecimiento de su madre, un 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. Él en un comienzo era alejado de las misas y las oraciones, pero desde ese momento empezó a sentir “una necesidad espiritual”.
Un año después de la partida de su madre, un 15 de diciembre, le detectaron un cáncer de garganta. Y con pocas probabilidades de vida se sometió a una cirugía de la que salió vencedor.
En la que considera otra oportunidad de vivir, sigue firme en su apostolado que es su mayor pasión. Eso sí, compartiendo más tiempo con su familia: “Tengo unos hijos, nietos y hermanos increíbles, un grupo familiar hermoso.”
Este año, además de disfrutar los honores que le rinde el Festival, se dedicará a realizar conferencias para compartir sus experiencias porque, como reitera, “no hay cosa más bonita que ayudarle a los demás”