Al sonoro nombre de Antonina, sus tres primeras medallas de oro en un campeonato nacional (el Sub-15 de este año), la tranquilidad que irradia y el deseo de ser una pesista de corte mundial, se une esta frase que la identifica plenamente: “tiene la natural alegría que le da fuerzas para superar las dificultades”.
Quien así se expresa de Antonina Moya es su acudiente en el proceso de la Escuela de Levantamiento de Pesas de Antioquia, María Cecilia Valencia, paradójicamente una instrumentadora quirúrgica que terminó siendo algo así como la “mamá” en Medellín de una veintena de jóvenes que, en su mayoría, no superan los 15 años de edad y que son la base de las pesas en Antioquia.
Destaca en este grupo el hecho de que casi todos son chicos que proceden de la zona de Urabá, donde según el expesista y hoy entrenador de la Liga, Juan Pablo Robledo, está el futuro de este deporte.
“Este grupo de muchachos viene trabajando en el proceso de la Escuela en los últimos dos años; unos entran y otros salen, pero siempre apuntando hacia los Juegos Escolares”, certifica Jairo Aníbal Cossio, el responsable de este trabajo, quien reparte funciones con los otros entrenadores (Luis Carlos Santamaría, Mónica Picón, Juan Ruiz y Robledo).
Ereisis (Ávila) es inquieta, cuestionadora, se esfuerza por controlar su temperamento y en la tarima, una gran competidora, de mucha garra.
Yineth (Santoya), reflexiva, estudiosa, se prepara a conciencia para lograr lo que quiere.
Damelis (Galvis) es reservada, toma confianza poco a poco y avanza con cautela pero con seguridad.
Daniela (Gaviria) es emotiva, le gusta cantar y tiene una virtud especial: sabe disculparse cuando se equivoca.
Emily (Ochoa), moderna, contestataria y al mismo tiempo dulce y querendona con los animales.
Andrea (Ballestas) es pausada, le gusta leer, va más allá de lo que se le enseña.
Santiago (Guisao), amable, reposado, solidario con sus compañeros, afable.
Y Fáber (Mosquera), alegre, creativo, amante del dibujo.
Características de algunos de ellos que, igualmente comparten los demás: Juan Pablo Ceballos, Anlly Paola Chaverra, Santiago Mazo, Johnathan Hoyos, John Causil, Karol Palacio, Milaidis López, Camilo Berrío, Camila Quintero, David Cano, Pedro Fernández, Roelis Galvis y Katty López.
“Es una pequeña familia que goza con los triunfos pero también se entristece con los sufrimientos de alguno de ellos”, comenta María Cecilia, para quien lo primordial, según el estudio previo hecho al grupo, es la familia.
“Como están lejos de su entorno familiar, ese aspecto tiende a ser fuerte y fundamental en sus vidas”.
Y si de buscar una característica grupal se trata, mejor que ella no hay nadie para decirla. “Quien dude de la tenacidad de los jóvenes, de la capacidad de sacrificio y de su deseo de superación, está invitado a la Escuela Departamental de Pesas para que cambie esa impresión”.
Y mientras Camila y Camilo son los más nuevos del proceso (apenas ingresaron este año), Anlly Paola es la más “experta”, incluso ya con un Mundial encima, el sub-17 de este año en Penang, Malasia.
Por lo pronto, entrenan en un pequeño lugar del Liceo Marco Fidel Suárez, donde esperan, con paciencia, la orden para regresar al módulo del Iván de Bedout. “Aquí se forja la nueva generación. Estos chicos apuntan a los Juegos Olímpicos de la Juventud del 2018 y a los próximos mundiales de la categoría. Lo hacen con disciplina, amor y deseos de salir adelante”.