Una exdeportista del equipo nacional femenino de gimnasia de Estados Unidos presentó esta semana una demanda contra el médico Larry Nassar por abusos sexuales, así como contra Bela Karolyi y su esposa Marta, quienes han entrenado al conjunto estrella de los Juegos Olímpicos durante los últimos 15 años.
La deportista, quien hizo parte del equipo entre 2004 y 2010 cuando tenía entre 12 y 18 años, aseguró que los ataques por parte del médico Nassar ocurrieron dentro de los complejos deportivos de la selección femenina de gimnasia.
Además, la gimnasta acusó a Bela y Marta Karolyi, los actuales entrenadores de la estrella Simone Biles y que también educaron a la mítica campeona olímpica Nadia Comaneci, de saber de los abusos del médico y no hacer nada al respecto.
Los supuestos abusos habrían tenido lugar en el Karolyi Ranch, en Texas, una finca que ha servido desde 2001 como el lugar de entrenamiento para el equipo femenino nacional de gimnasia de los Estados Unidos.
Según la demanda, el doctor le insistió a la gimnasta que necesitaba hacer un “ajuste intravaginal” de los huesos, un tratamiento ficticio que consistía en la introducción de los dedos del médico, sin guantes ni lubricantes, en la vagina de la deportista que en ese momento era menor de edad.
No es la primera vez que a Nassar lo acusan de abuso sexual. A principios de septiembre de este año otra ex gimnasta, medallista olímpica en el año 2.000, demandó al médico por múltiples agresiones sexuales a las integrantes del equipo. Ambas ex gimnastas tienen el mismo abogado.
Sin embargo, sí es la primera vez que las acusaciones salpican a la pareja de entrenadores que tienen a su cargo el éxito de la gimnasia femenina estadounidense, cuyo equipo se llevó el oro en los juegos olímpicos de Río 2016.
De acuerdo con la demanda, Bela y Marta Karolyi golpean a las gimnastas, las rasguñan hasta sangrar y animan a los padres a maltratar a sus hijas. Además, privan a las deportistas de agua y alimentos, les gritan obscenidades y las obligan a bajar de peso con métodos poco humanos.
La Corte Suprema de California, en el condado de Los Ángeles, será la encargada de probar qué tan ciertas son estas acusaciones y de sancionar a los culpables, si es que los hay.