Cruzó la meta feliz, su enorme sonrisa así lo dejó notar. Tranquila, aunque un poco agitada por el esfuerzo, se vio a Gabriela Fernández Galindo, quien dejó salir toda la alegría y la satisfacción que le produjo cumplir el reto de correr los 10 kilómetros de la Rock ‘n’ Roll Half Marathon Medellín, con sus siete meses de embarazo.
Tras recibir la medalla morada que la acreditaba como corredora de los 10 kilómetros, Gabriela acarició su estómago para darle las gracias a Luciana, su bebé, que debe nacer en mayo y quien ajustó dos carreras dentro de su vientre, pues la primera fue en septiembre pasado.
Esta venezolana que llegó a Medellín hace dos años con su esposo Alberto en busca de un mejor futuro, afirma que en la ciudad de la Eterna Primavera se siente feliz.
Su padre la recibió y con el paso de los días, el trato de la gente y el poder contar con un trabajo, le han permitido seguir con su vida, realizando sueños y esperando con ansias a su bebé.
Gabriela, a quien siempre le ha gustado el atletismo y ajusta ocho años como competidora de media maratón, sostiene orgullosa que, en septiembre de 2018, disputó la Maratón de Las Flores sin saber que ya en su vientre estaba Luciana.
“Esta realmente es mi segunda carrera embarazada, aunque en la Maratón de Las Flores no lo sabía”, dice en medio de risas. “Ahora quería hacerlo con la conciencia de que mi bebé está acá adentro creciendo, pues quiero que desde ya sienta la emoción de correr, esta es una experiencia única, maravillosa, me dio mucha alegría correr en medio de tanta gente, vi muchos niños y adultos mayores, familias, y eso me parece maravilloso ya que le estamos apostando a estilos de vida más saludable”.
Tras cruzar la meta, Gabriela se ubicó a un lado de las mesas que contenían las medallas, allí espero paciente la llegada de su esposo, quien corrió los 21 kilómetros.
Durante la prueba no vio a más gestantes, pero sí apreció a familias que salieron a competir y no pudo dejar de pensar que así quiere estar ella en unos años, junto a su hija y su esposo. Regresó a casa con la felicidad de haber pasado la prueba de los 10 kilómetros y además de su medalla se lleva las felicitaciones de decenas de personas que, en la meta, la abordaron para exaltarle su valentía y ejemplo.