Durante un mes, de noviembre a diciembre, en Catalina Echavarría Arroyave la emoción se conjugó con el estrés. La idea de participar en una aventura única se convirtió en una obsesión al ver en internet una convocatoria de un concurso para atravesar el Polo Norte.
“Fueron días enteros viviendo momentos muy particulares porque, prácticamente yo solo pensaba en esto”, puntualiza la profesional en Negocios Internacionales y montañista antioqueña de 27 años, quien cuenta que “no tuve vida, realmente. Todo giraba en torno a mover fichas, tocar puertas, escribir a diferentes medios de comunicación del país, participar en grupos de Facebook y en redes sociales, echándole el cuento a todo el que se atravesara para que votara por mí”.
Vivía, en efecto, un 24/7. La idea de ganar, por votación, uno de los 24 cupos disponibles para ir el polo Norte no la dejaba dormir.
No saber nada sobre el Ártico y menos de trineos tirados por perros, no la desveló. Su ansiedad era otra: sumar votos para ser la representante de Latinoamérica en una peculiar competencia llamada Expedición Fjällräven Polar, de 300 kilómetros por la Escandinavia en marzo entrante.
“Fueron días largos, agitados, solo pensando en esto. Estaba muy ansiosa, en especial cuando empecé a liderar el apartado de Latinoamérica, hacía mucha fuerza para que nadie me pasara”.
Al cierre del concurso, la página web de la prueba sentenció que Catalina había ganado con 12.609 votos, superando a más de cuarenta aspirantes, entre ellos a Santiago Zanko (Colombia), quien sumó 7.586 y a Roberto Gómez Coll (Argentina), con 6.785, quienes le siguieron.
“Estaba en Madrid. El día final no pude dormir y solo cuando me venció el sueño, tuve un pequeño descanso. Al despertarme pude comprobar que había ganado. Fue un momento de mucha emoción”.
El proceso fue rápido y dio sus frutos a pesar de que a Catalina ese tiempo se le volvió una eternidad. Ahora, dice, toca pensar en otras cosas: cómo aprender a conducir un trineo (jamás lo ha hecho), cómo tratar los animales que lo tiran (seis perros), cómo estudiar los mapas de la expedición y, ante todo, qué hacer en el tema de supervivencia.
“Aunque aún no me lo creo es hora de dar vuelta a la página y empezar a programar cosas. Estoy a la espera de que los organizadores de la expedición me envíen toda la información y nos digan como va a ser el itinerario, los vuelos. Es muy emocionante todo esto. tengo una gran expectativa por conocer el Ártico”.