En días recientes, mientras entrenaba en la pista Alfonso Galvis de Medellín, Muriel Coneo, quien se ve tímida pero compitiendo parece una fiera sedienta de triunfo, decía que se sentía preparada para clasificar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
De hecho, el pasado viernes en la tarde, su entrenador, Libardo Hoyos, daba un aviso de lo que podría lograr esa noche su pupila. “Pilas que Muriel corre en Estados Unidos, está muy fuerte y puede dar una sorpresa”.
Y la deportista que nació hace 29 años en Isla Fuerte, Bolívar, y que se formó deportivamente en Antioquia, ratificó su buen momento al triunfar en los 3.000 metros obstáculos en el MT. Sac Relays, en California, y de paso consiguió su tiquete para competir en las justas de Brasil. Se convirtió en la deportista 117 del país que estará en Olímpicos.
Registró 9 minutos, 43 segundos y 16 centésimas, bajando de la marca exigida que es de 9.45,00.
“Todo lo que se propone trata de conseguirlo. Tiene muy claro que quiere, y gracias a su constancia, dedicación e inteligencia para encarar cada competencia obtuvo la meta que se había trazado desde años atrás”, dijo sobre Muriel el presidente de la Liga Antioqueña de Atletismo, Luis Alfonso Lorduy.
“Feliz por este logro obtenido en Estados Unidos. Venía soñando desde enero con estar en Río-2016 porque era lo único que me faltaba como atleta”, manifestó la colombiana, quien aprovechó el momento para recordar que es campeona suramericana, centroamericana y panamericana.
“Este cupo a Río me llena de mucha felicidad”, agregó mientras le enviaba los agradecimientos a las entidades y personas que han contribuido al éxito en su carrera deportiva, como el equipo Atletas con Porvenir, la Federación Colombiana de Atletismo, familia, novio Federico Padilla y otras más.
Muriel fue tan veloz en la competencia, que además mejoró en diez segundos su registro personal.
“Sé que puedo correr más rápido porque aquí lo demostré. Cuando iba corriendo esta prueba me acordé de todo lo que entrené, lo que sufrí”, indicó, con la voz quebrada y a punto de llorar de alegría la atleta, quien arriesgó y halló el premio a la constancia.
“No me cabe la dicha en el corazón para expresar esta felicidad que siento”, dijo la campeona panamericana, de los 1.500 metros en Toronto-2015, quien ahora seguirá trabajando duro para realizar otra buena presentación, esta vez en Río-2016.