Por dinero, mercadeo o por su irremediable egolatría. Mejor dicho, un fraude. Así han tachado la cruzada de Usain Bolt para convertirse en futbolista.
Tras decir adiós a su carrera como atleta, dejando atrás récords mundiales en 100, y 200, Bolt sigue empeñado en llegar al balompié.
A pesar de las negativas que recibió del fútbol alemán y noruego, el jamaiquino de 31 años podría cumplir finalmente su sueño en el Coast Mariners de la liga australiana con el cual firmó hace una semana un contrato para engrosar sus filas una vez supere las pruebas de 2 meses.
¿Podrá lograrlo? Es posible es una liga ávida de publicidad y quienes lo han visto destacan buenas condiciones.
Pero quizás más importante sea la pregunta: ¿por qué siendo el atleta más sublime de la historia se expone al fracaso innecesariamente?
Ivvone Escobar, sicóloga de atletas de élite como el campeón mundial de marcha Éider Arévalo, señala que la prolongación de una carrera deportiva o la búsqueda de nuevos retos en otras disciplinas pueden explicarse desde la sicología deportiva. “Hablamos de atletas que se movilizan por motivaciones intrínsecas. Es decir, no necesitan estímulos externos como el éxito, el reconocimiento o algún triunfo específico como una medalla olímpica, por ejemplo”, explica.
Lo hacen, señala, porque poseen un carácter competitivo inagotable. Hay otros factores que facilitan la aventura de un deportista para medirse en otro campo.
Los atletas de élite cuentan hoy día con equipos multidisciplinarios conformados por nutricionista, entrenador, médico y sicólogo, entre otros.
Esto los hace llevar un proceso más consciente de sus capacidades físicas y mentales.
Están también los métodos de entrenamiento que incluyen técnicas de otros deportes y también facilitan la conformación de un atleta más integral. Ahí está el caso de Cristiano Ronaldo, cuyas rutinas consisten, entre otras, del crossfit y la natación.
La ciencia ha prolongado la edad de los deportistas. En tenis y natación, por ejemplo, la edad promedio de campeones ATP y medallistas olímpicos aumentó en las últimas dos décadas, según estudio apoyado por el Comité Olímpico Internacional.
Sin embargo, la proporción de atletas que compitieron en dos disciplinas olímpicas ha decrecido en las últimas tres ediciones con relación a los casos que tuvieron lugar entre la década de los 80 hacia atrás.
El caso de Ashton Keaton, considerado el atleta más completo de la historia, da visos al respecto. Récord mundial en decatlón y especialista en varias disciplinas, se retiró a los 28 años acusando agotamiento mental y hastío del entorno deportivo. “No encuentro motivación en competir. El deporte actual te colma de exigencias y compensaciones materiales hasta agotar tu pasión”, aseguró.
Ese puede ser el valor de la quimera de Bolt, millonario y de excepcional legado en atletismo que, sin embargo, no se conforma; anhela y persigue algo. Tal vez, sin quererlo, esté luchando por el espíritu deportivo desvirtuado entre el glamour y la fama