Uno de los mayores problemas que tenemos en nuestros procesos electorales es poder identificar cuál es el costo real de una campaña. En Colombia no se sabe, eso es una caja negra completa, por unos mecanismos a través de los cuales se hace casi que imposible identificar en tiempo real los gastos de campaña....
Análisis
Financiación de campañas, una caja negra
Alejandra Barrios
Directora de la Misión de Observación Electoral – MOE
Uno de los mayores problemas que tenemos en nuestros procesos electorales es poder identificar cuál es el costo real de una campaña. En Colombia no se sabe, eso es una caja negra completa, por unos mecanismos a través de los cuales se hace casi que imposible identificar en tiempo real los gastos de campaña. Lo que hace el Consejo Nacional Electoral con Cuentas Claras depende de la voluntad de los candidatos. La real verificación del delito se hace prácticamente imposible, si violaron los topes o si recibieron recursos ilegales. Aquí además hay temas culturales que no ayudan. A las empresas y a las personas no les gusta hacer público que aportan a una campaña y eso genera que las financiaciones se hacen en efectivo, por fuera del sistema bancario. Lo entregan directamente al candidato y eso no queda reportado. El tema de recursos ilegales siempre ha estado presente como una sombra, porque son muy difíciles de rastrear, se dan en efectivo y en zonas poco bancarizadas. Tenemos que tomar medidas fuertes. El 94% por ciento de los gastos a alcaldías son de recursos propios de los candidatos, es decir, se hace una inversión familiar o entre “amigos” para darle recursos a los candidatos. Si tu entiendes esto como un proceso de inversión, pues lo que vas a querer tener es utilidades y es ahí donde viene la relación con la corrupción, porque no hay un proceso de financiación desde el Estado, verificado donde haya responsabilidad política de los partidos. Para modificar eso necesitamos cerrar las listas, así permite que sea el partido político el que controle la financiación de las campañas. Hoy no se puede verificar ni controlar como va a ser la administración pública, porque la financiación fue privada. Uno siente que se apropian del cargo y dicen: “yo pagué esta fiesta, yo pongo la música”.