Si un turista desprevenido resulta en el parque de Jericó en estos tiempos de mañanas soleadas y aguaceros intempestivos, en un primer momento le resultaría difícil saber que allí se libra un agitado debate electoral en torno al futuro de la vocación económica del municipio.
La primera impresión de la contienda sería difusa porque, a escasos días de las votaciones, ni los elaborados balcones del parque ni las coloridas fachadas de las casas, que forman uno de los pueblos patrimoniales de Antioquia, se utilizan para publicidad electoral.
Así lo acordaron en esta campaña la mujer y los cinco hombres que hoy fungen como candidatos, en un acuerdo que se respeta y que según cuentan data desde hace más de 20 años, en los que se priorizó la estética por encima del vaivén político.
Sin embargo, el desconocimiento absoluto sobre el panorama electoral en Jericó para un turista duraría lo que tarda en encariñarse con el pueblo: basta con pedir un tinto en el parque y afinar el oído para entender que la población respira un debate álgido sobre las implicaciones ambientales, económicas y sociales de la posible explotación de la mina Quebradona de la firma AngloGold Ashanti.
El candente panorama actual se propició porque la empresa sudafricana tiene títulos mineros y permisos de exploración que le permitieron confirmar que de la mina Quebradona, ubicada en una montaña entre la vereda Cauca y el corregimiento de Palocabildo (a 11 kilómetros del casco urbano), se pueden extraer 4,91 millones de toneladas de concentrado de cobre, 6,13 millones de onzas de oro, 85,1 millones de onzas de plata y 70,08 kilotones de molibdeno.
La multinacional tiene a su favor la declaratoria de Proyecto de Interés Nacional en 2015 que aún se encuentra en fase de exploración, pero ha manifestado que antes de que termine el año radicará la solicitud de explotación ante la Anla.
Esa posibilidad y la inminencia de las votaciones tienen al pueblo dividido y en vilo por lo que pueda pasar en el futuro de un municipio próspero en turismo, café y con una historia de 169 años como uno de los faros culturales del Suroeste antioqueño.
Las cafeterías y las tiendas donde venden los tradicionales carrieles en Jericó son escenarios de argumentos, discusiones sobre la minería, y de una especie de conteo entre los seis candidatos para determinar quiénes están a favor o en contra de Quebradona.
Tras consultar a los aspirantes (ver recuadros), tres candidatos se oponen a la minería, dos expresan preocupación, pero no se oponen con contundencia y uno la apoya.
Hace cuatro años, cuando el 61 % de los jericoanos acudió a las urnas, el conservador Jorge Andrés Pérez obtuvo 2.172 votos de los 6.695 depositados. Su mandato lo ha ejercido en oposición al proyecto minero.
Por eso es clave quién resulte elegido el 27 de octubre ya que deberá sortear los retos que se deriven de la aprobación o no de la licencia de explotación de Quebradona, en medio de un debate tenso en el Suroeste frente a la presencia de un visitante poderoso que promete una inversión multimillonaria si consigue el oro más allá de los votos .
A pesar de que no está en manos del próximo alcalde que se realice o no el proyecto minero en Jericó, la postura del nuevo mandatario será clave para salvaguardar los intereses ambientales.
Como un hito en la política local calificaron los candidatos a la Alcaldía de Jericó el acuerdo al que llegaron en esta campaña para crear una bolsa común para que entre los seis se pague el transporte de los votantes el día de elecciones. La idea es que todos aporten lo mismo para contratar a los chiveros (carros de servicio público) del municipio para que transporten a los votantes que viven en las veredas y así faciliten la participación en la jornada electoral, independiente de por quién vayan a votar.
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