Una invitación para unirse a un evento para reunir fondos para que estudiantes de bajos recursos puedan seguir sus estudios universitarios fue la oportunidad para que Esteban Cortázar volviera a sus archivos, se reencontrara con diseños de colecciones de hace tiempo, quizás piezas que por diferentes motivos jamás vieron la luz o se presentaron en pasarela, pero que ahora cuentan con un nuevo significado.
El colombiano, que ahora vive en París, está en el país.
¿Se es consciente de generar comunidad en el mundo de la moda en países como Colombia?
“Es clave generar comunidad para el desarrollo de negocios, es importante sentir el deseo de colaborar, escuchar a los otros y que te escuchen, porque a veces no todo el mundo practica eso. Me parece clave el aprender entre todos, porque la mayoría estamos viviendo cosas muy similares pero no lo compartimos, y eso ocurre mucho en la moda”.
¿Cómo ve desde afuera lo que está ocurriendo en Colombia en la moda?
“Me parece genial. A veces vemos la necesidad de estar mirando lo que ocurre en el exterior para validar lo que hacemos aquí. Eso pasa mucho en América Latina, donde se copia mucho lo que ocurre en Estados Unidos y Europa, pero aquí hay mucha riqueza, mucho talento, con nuevas generaciones que son protagonistas de un renacimiento cultural y creativo, no solo en la moda, y eso promete un gran futuro. También está el interés por la gente que quiere venir a Colombia, para aprender más de lo que es nuestra cultura, que es muy rica, llena de matices y diversas formas, que aun nosotros no conocemos, pero que el mundo quiere ver, por lo que es una oportunidad para ser ese conductor para dar a conocer nuestra identidad. El mundo tiene ganas de ver nuevas historias y América Latina las tiene todas por contar”.
¿Qué creé que la gente busca hoy en la moda?
“El mundo quiere conocer, entrar en contacto con cosas que realmente se sientan auténticas, porque vivimos tiempos de mucha bulla a través de las redes sociales, donde hoy todo el mundo puede ser diseñador, todo el mundo puede ser fotógrafo, todo el mundo puede ser creativo porque se tiene herramientas como Instagram como vitrina para mostrar, lo cual igual es muy bueno porque las redes sociales le quitaron las reglas a la moda. Hoy en día puedes contar tu historia como tú quieras, no debes seguir las reglas del sistema moda, sin fórmulas”.
¿Qué encuentra de negativo en esa relación con las redes sociales?
“Es difícil contar una historia auténtica cuando existe mucha bulla alrededor, de muchas cosas que están ocurriendo al tiempo que no suelen ser lo más auténtico. No hay que copiar lo que se ve, tampoco preocuparse por lo que pasa alrededor, incluso de las tendencias, sino que hay que mirarse hacia adentro para ver lo que realmente se quiere contar, qué le interesa y no tenerle miedo para poder crear un lenguaje propio que en definitiva es la búsqueda”.
¿Cómo ha logrado mantener su identidad?
“Trato de estar inspirado en mis experiencias, en lo que vivo día a día, no tratar de ver lo que otros están haciendo, y dejándome llevar por lo que se siente de corazón. Es un ejercicio que hay que pensarlo y aplicarlo, porque no suele ser fácil”.