A la 1:30 de la tarde, la sutileza de las telas fluidas, los estampados ilustrados a mano, los bordados, los flecos y los tonos tierra, desfilarán como signos de poder en la primera pasarela que se hará en Plaza Mayor esta edición de Colombiamoda. Aquí la icónica sensibilidad literaria de Beatriz Camacho se convierte en armadura de seda para enfrentar un mundo violento, especialmente contra las mujeres. La vulnerabilidad es fuerza para decirle “no” a la violencia.
Los 38 atuendos de la colección se acompañarán de bolsas tipo “tote” diseñadas por Camacho y confeccionadas, en su mayoría, por mujeres excombatientes que conformaron la Cooperativa “Tejiendo Paz”. Otro símbolo será el labial rojo, que remite al movimiento sufragista de comienzos del siglo XX, cuando las inglesas se levantaron para exigir el derecho al voto.
Camacho trabajó de la mano de la Fundación Avon para darle el sentido social a sus diseños, así crearon una pasarela que no solo se queda en la creación, sino que pretende impactar en otros sentidos al género que es fuente de inspiración.
¿Cómo se deconstruye desde la moda la idea de que las mujeres se buscan las violencias de las que son víctimas por la forma como se visten?
“Se deconstruye al poner en el debate público el valor tan importante que tiene la moda en la sociedad. La moda va más allá de prendas, lleva mensajes que, muchas veces, de manera implícita logran imponerse.
En este caso, es necesario reforzar el concepto de la moda como expresión libre, que cada mujer pueda vestirse como quiera sin temor a ser juzgada o violentada.
Cuando se entiende y se asume la moda como expresión de libertad, se rompen estereotipos, prejuicios y se deconstruyen formas de violencia; se celebra la inclusión y la igualdad”.