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Luly Bossa, una guerrera de la vida

La actriz habla sobre su trabajo en el teatro, su libro, la batalla con la enfermedad de su hijo y lo que quiere transmitir a través de su arte.

  • FOTO Cortesía Iván Montoya
    FOTO Cortesía Iván Montoya

Aunque ha sido una mujer que ha tenido que sobreponerse a muchos obstáculos en la vida, tiene totalmente claro que no es una mártir ni una heroína, esos calificativos los prefiere para otras personas que viven en peores condiciones que ella o cualquiera de nosotros, y que, de verdad, cambian el mundo con sus acciones.

Lo del video sucedió y lo afrontó como la mujer fuerte que es, al punto de escribir un libro que le sirvió de catarsis para chulear ese capítulo de su vida y enviar un mensaje a las personas para que tomen conciencia sobre sus vidas, sus acciones y no juzguen sin conocer la historia verdadera.

Lo que más desea en la vida es tener una estabilidad laboral, sin depender de nadie, y darle la justicia que se merecen sus hijos, Angelo y Lucciani.

Presentaste en Medellín la obra In-fieles y la sigues presentando en el teatro Velarte en Bogotá, cuyo mensaje es “ser fieles a nosotros mismos”, ¿cómo le es fiel Luly Bossa a Luly Bossa?
“Me he vuelto muy reservada por tanta agresión hacia mí. Hay muchas cosas que pasan que son difíciles y hay que tolerar, por eso guardo muy bien el corazón, porque cuando uno se entrega, el puñalón es tremendo. Soy fiel a mí misma no entregando, no dando, porque he sido muy tonta y con todo lo que me ha pasado me ha tocado volverme muy reservada. Cuando hay conversaciones grupales miro y me quedo callada, a no ser que haya una necesidad de emitir un concepto”.

Entonces, ¿cuándo llegas a dar, por ejemplo, un te quiero?
“Es muy difícil. El día que te diga un te quiero, lo vas a sentir diferente a cualquiera, se lo puedes preguntar a Yolanda Rayo, que es de las pocas que me conoce más o menos. Una vez le hicieron un video en un programa del canal Trece, me entrevistaron para preguntarme sobre ella y al final le dije el te quiero, y ella misma cuenta que cuando lo escuchó supo que lo había dicho en serio, porque yo no digo esa vaina”.

¿Cómo va tu carrera en la televisión?
“Lo último que hice fue Cinco viudas sueltas y desde ahí solo he hecho teatro. Yo digo que mi segunda profesión es hacer casting, porque de esos sí he hecho muchos. El año pasado participé en 18 y este año llevo uno”.

¿Y por qué crees que no has quedado?
“No sé. La industria ha cambiado mucho. A veces tienes subidas y bajadas, vuelves y comienzas y tu trabajo te permite establecer una tarifa, que veces no la quieren volver a pagar, quieren sacar en menos días de producción a los personajes, creo que hay gente de afuera que de pronto cobra más barato y hay un montón de factores que influyen. Yo actuaré hasta que mi Dios me lo permita y si no es aquí, va a ser afuera”.


¿Entonces te has planteado irte del país?
“No lo había contemplado porque tengo a Angelo (hijo) acá y todo el tiempo he estado haciendo mucho teatro, pero sí, ya él está más grande, voy a ver... No estaría de más echarme un viaje por ahí, tengo unas invitaciones con el libro, entonces voy a aprovechar a ver qué pasa”.

¿Cómo te fue con el libro?
“Es un trabajo de años, mi amor. Tú escribes eso y tienes que seguir dando lora, contándole al público que tiene un legado y un testimonio de vida para que la gente lo entienda y lo compre. Es una historia que se narra a partir de una relación anterior a la del señor Alberto Pérez, con quien sucede el escándalo, y a partir de ahí puedes ver qué está pasando con el país, la prensa y la política. Los pilares de mi vida, y que reflejo allí, son Dios, mis hijos y el arte. Es un texto muy fácil de leer y jamás voy a posar de heroína, nunca lo busco, solo quiero que despierten sus conciencias, que dejen de juzgar y miren la paja que tienen adentro. El libro pone el dedo en la llaga de la responsabilidad de los periodistas y de los papás al momento de recibir la noticia de un noticiero donde no han confirmado la fuente. Es un libro que hace una crítica muy reflexiva a todo nivel”.

Y también hiciste catarsis con él...
“Sí. Ahí menciono cómo afrontas tú como actriz una crisis. Los actores no somos esos oropeles y altares que la gente piensa, ahí lo desbarato y les digo: esto es lo que somos y miren lo que nos pasa con una enfermedad como la de mi hijo (distrofia muscular de Duchenne), con el sistema de salud, con los aspectos espirituales, con la envidia, lo que puede llegar a hacer el querer hacer daño, a mí me hicieron hasta brujería. Gracias a Dios solo he recibido cosas muy positivas de eso, la gente me escribe que el libro le ha servido mucho, que le deja buenas enseñanzas y que somos un país con doble moral”.

¿Cómo va la batalla con la enfermedad de tu hijo?
“Logré que la Superintendencia de salud apretara a la EPS y le diera las terapias domiciliarias a Angelo, porque era un lío y una pelea para que las dieran. Cuando ya recibo un apoyo de la Superintendencia y la Secretaría de salud, ahí sí se ponen encima del caso y lo toman directamente en sus manos. Me están dando las cosas de las terapias, pero no me han querido dar un cuidador... ahí sigo en la batalla”.

¿Qué opinas sobre la participación de Alberto “Beto” Pérez como jurado de Bailando con las estrellas?
“No sé. Él me buscó a través de Michelle Gutty, la novia de Marcelo Cezán, y ella quería servir de puente entre él y yo. Creo que era más la expectativa de ella de pensar en lo que yo de pronto merecía, que lo que él realmente ofreció. Tengo los correos, los publico en el libro y parafraseando sus palabras, dijo: ‘siento mucho lo que te pasó, te puedo ayudar de vez en cuando, pero no puedo hacer nada más’. Ahí las heridas se me volvieron a abrir, me molestó mucho que no fuera frentero, nunca puso la cara y esa es la indignación mía y de la gente. La pregunta es por qué razón un canal premia al victimario y a la víctima le hace lo que le hace. No sé, esa batalla no es mía, es de Dios, no puedo decirle nada a ellos. Quizás no soy de sus talentos favoritos o no soy la persona que quieren tener en su canal, eso hay que preguntárselo. Alberto necesitaba meter su nombre y producto en el país y eso, si está bien o mal, ya va en su moral y en la del canal”.

Jhon Sebastian Vargas Grisales

Comunicador Social Periodista, amante de la moda y melómano de tiempo completo. Me encantan las pastas, odio las sopas y no hay nada mejor en la vida que bailar una buena canción de salsa.

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