En la Riviera Maya los ríos van bajo tierra, la noche puede ser el inicio de una aventura en la selva y los monumentos arqueológicos reposan al lado del mar. Este destino turístico en el Caribe mexicano, territorio de los indígenas mayas entre el 300 y 1000 después de Cristo (d.c), posee hoy algunos de los hoteles y restaurantes mejor calificados de México que hacen una mezcla ideal entre historia, confort y sorpresas para visitantes de todo el mundo entre los que cuentan cada vez más colombianos.
Colombia es el país de Latinoamérica con más destinos de la aerolínea azteca, Aeroméxico. Semanalmente parten siete aviones desde el aeropuerto José María Córdova de Rionegro hacia Ciudad de México, escala hacia Cancún. El precio de ida y vuelta es en promedio de $2.2 millones de pesos en temporada baja y de $3.2 millones en alta.
En la costa caribe en la península de Yucatán, conocida como la Riviera Maya, el cielo es una transición de colores: de la paleta de azules del mar, se pasa al amarillo de las playas de Cancún, y luego al verde de las palmas, caobas, cedros y mangles que componen mayoritariamente la flora de este mágico sitio.
Un destino cosmopolita
El pasado de la Riviera Maya se cuenta, al mismo tiempo, en siglos y en décadas. Lugares arqueológicos como la ciudad de Tulum que data entre 1.200 y 1.450 d.C., o el estado mexicano de Quinta Roo, que comenzó a existir en 1974 y que se convirtió en uno de los potenciales turísticos fundamentales de México.
El destino más visitado, la ciudad de Playa del Carmen, es un fiel reflejo de esas dos caras: la historia y la novedad. Ubicada a 55 kilómetros del aeropuerto de Cancún, es una ventana para los interesados en la conquista española de la península de Yucatán, al ser una de las primeras aldeas descubiertas y estar cerca de sitios arqueológicos únicos. A su vez es un centro cosmopolita que ofrece opciones culinarias y de alojamiento para todos los gustos.
El transporte desde el aeropuerto hasta la ciudad cuesta unos 65 dólares en taxi y 10 dólares en buses, que operan entre las 8:30 a.m. y las 11:50 p.m. El trayecto, cerca de 50 minutos, transcurre a través de una carretera custodiada por complejos hoteleros y parques diversos.
En la ciudad el visitante podrá elegir entre varias opciones de hospedaje, cada una con un toque distinto al viaje: hay hoteles con vista al mar, con precios que rondan los 200 dólares por noche, sencillos en el centro urbano, de aproximadamente 40 dólares, o los grandes, que mezclan ambos escenarios.
Una de las mejores opciones de este tercer tipo es el circuito compuesto por The Reef Coco Beach y The Reef Playa Car, ambos frente al mar, y The Reef 28, hotel urbano, ubicado frente a la Quinta Avenida, una calle ideal para caminar en medio de restaurantes y negocios comerciales en los que, a cada instante, se escucha un idioma distinto por cuenta de los cientos de visitantes extranjeros.
El interior mismo es una experiencia, pues cuenta con un spa de última generación con salas temáticas para cada elemento: aire, fuego, tierra y agua; una azotea con bar y piscina al aire libre y tres restaurantes: un bufet, uno mexicano y uno asiático, para complacer el ánimo con el que el huésped se sienta.
El hospedaje en un hotel permite el traslado en buses de la compañía para disfrutar de las ventajas de los otros dos. El promedio del costo de la noche en The Reef 28 es de 155 dólares.
Un destino histórico
Otro de los planes imperdibles de la Riviera Maya es la única ciudad de esta cultura amurallada construida de cara el mar: Tulum. Ubicada a una hora de Playa del Carmen, la urbe está compuesta por 66 estructuras, entre templos de oración, edificios de poder y residencias, que han sobrevivido hasta por cinco siglos.
La visita a este espacio es más enriquecedora si se cuenta con un guía que desentrañe el pasado tras esas construcciones. Una opción es la que ofrece la empresa de tours Blue Caribe. Su recorrido tiene un costo de 99 dólares, incluye el transporte a la zona arqueológica con un experto en historia maya y la visita a la aldea de Dos Palmas.
El poblado permite conocer parte de las tradiciones que se mantienen, como la preparación de tortillas mexicanas y la purificación del cuerpo y el alma en los baños de vapor conocidos como temazcales, una especie de iglúes de roca construidos en medio de la selva.
El recorrido concluye con una zambullida en un cenote, uno de los ríos subterráneos interconectados que fluyen bajo la península de Yucatán, sobre la que está ubicada la Riviera Maya. Las aguas más azules en las que se pueda sumergir alguien, visitadas por buzos profesionales de todo el mundo. Según el Censo de Cenotes y Grutas de Yucatán, se han descubierto 2.241 de estas formaciones.
Después de esta experiencia, la aventura no termina. Aún quedan por visitar los parques de la cadena Xcaret, que ofrecen desde aventuras en la selva hasta juegos con los sentidos (ver recuadro), y encontrarse con el acuario natural de Xel-Há, “el lugar donde nace el agua”. La exploración continúa en este paraje turístico en el que cada destino –arqueológico, de aventura o relajación– da la cara al mar Caribe .
*Por invitación del estado del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo y Aeroméxico