viernes
8 y 2
8 y 2
Es una tarea en ocasiones silenciosa que no se mide solamente por la presencia de enormes máquinas. Detrás de los megaproyectos 4G hay rostros que representan un equipo humano que ha permitido alcanzar hitos constructivos en el sueño de conectar cada vez más al departamento.
Ingenieros, obreros, líderes ambientales y trabajadores sociales. Los perfiles son variados para atender todos los frentes de las obras que rompen la oscura proyección de antaño según la cual la geografía de Antioquia no permitiría el desarrollo que hoy se percibe con la ejecución de nueve autopistas de cuarta generación, dos puertos y el túnel más largo de Latinoamérica.
Hombres y mujeres han estado tras bambalinas, al frente de las tareas ingenieriles más complejas, superando condiciones climáticas adversas; muchos, lejos de casa por prolongados días; moviendo la compleja maquinaria; rompiendo la tierra, hurgando en busca del desarrollo de infraestructura vial que promete llevar hasta un sitio impensable el legado de los arrieros que se abrieron paso entre las montañas.
Otros ocupan frentes basados en la responsabilidad social con las comunidades de influencia de los proyectos, no solo para mantenerlas informadas sobre los avances y percances, sino también para liderar acciones para compensar el medioambiente o acompañar el desarrollo productivo, educativo o cultural de los ciudadanos que ven modificadas la cotidianidad.
Natalie Zapata es una de ellas y forma parte del equipo de Pacífico 1, que dará un aire de desarrollo a la subregión donde creció: el Suroeste del departamento. Hoy es jefa administrativa del Túnel de Amagá, que forma parte de la obra, operada por Covipacífico.
Resalta que el talento humano contratado para desarrollar los proyectos de infraestructura también está compuesto por personas de las comunidades ubicadas en los municipios de influencia, lo que genera empleo, brinda condiciones de formalidad laboral y permite estar más cerca de la familia.
Estos son tres relatos de trabajadores que han participado, desde frentes variados, en los proyectos 4G que sin duda están transformando el mapa vial del departamento
El ingeniero que ayudó a levantar 49 puentes
El año en el que nació el ingeniero civil Carlos Higuita fue el mismo en el que se inauguró el puente amarillo sobre el río Cauca, en Santa Fe de Antioquia, que fue diseñado y construido por su tío abuelo.
La estructura emblemática con casi seis décadas de historia fue reemplazada por una más moderna que forma parte de Mar 1 y que se erige gracias a la labor que Higuita cumple hoy en el proyecto.
El honor al legado de su ancestro le causa al ingeniero tanta satisfacción como saber que es una de las personas detrás de la construcción de 49 puentes en total que pertenecen a esta megaobra, una hazaña lograda en unos dos años y medio. En noviembre de 2017, Higuita se unió a Mar 1 como jefe de ejecución y construcción de los puentes del proyecto, tras estar 11 años fuera de Antioquia. Entonces, lideró un equipo de trabajo que se enfrentó a los retos topográficos, a las dificultades de hacer excavaciones profundas o elevar largas columnas y a la meta de no parar hasta culminar.
Inicialmente, tenían previsto ejecutar obras en ocho puentes a la vez, según los recursos y equipos con los que contaban, pero terminaron trabajando en 44 al mismo tiempo, y la construcción de la totalidad se cumplió antes de lo programado.
En Mar 1 el ingeniero civil vivió de nuevo el significado de una megaobra, que ya había entendido en los años previos cuando trabajó en la construcción de una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo, en Mozambique (África); o un puerto para contenedores en Yibuti (África); o la hidroeléctrica en Perú que tiene un tamaño y funcionamiento similar al de Hidroituango. Su experiencia alrededor del mundo añade sentido a su carrera, pero en su tierra natal ve con satisfacción cómo los 49 puentes que se levantaron son un paso más para conectar con mayor agilidad a Antioquia con la Costa Atlántica.
Desde el volante, Derly vio crecer las autopistas
En un oficio dominado por hombres, Derly Arias se acomoda detrás del volante de una volqueta para transportar material de construcción a diferentes frentes de trabajo del proyecto Conexión Norte.
Cuando salió de su natal Caquetá hacia tierras antioqueñas, hasta entonces desconocidas para ella, no se imaginó que sería la única mujer conductora de este tipo de vehículos que tendría el proyecto en su zona, Zaragoza.
Y dice que ha encontrado apoyo en sus compañeros para sentirse a gusto desempeñando la ardua labor en la que ya lleva seis años. Su silenciosa tarea implica en ocasiones conducir largos trayectos para que los obreros tengan el material necesario para ejecutar las obras. Va siempre con precaución porque muchas veces las vías que debe transitar a bordo del enorme vehículo son destapadas e inseguras, sin contar los riesgos que conllevan las lluvias.
Derly resalta la satisfacción de estar detrás de una obra de esa magnitud, pero, sobre todo, de sentirse en familia con sus coequiperos, aunque le gustaría que más mujeres se sumen a su labor. Por eso, no duda en aceptar enseñarles a otras a conducir una volqueta, tal como lo hizo con ella una amiga conductora que la inició en un mundo que le fascinó, hace ya varios años.
A partir de allí todo es historia, pronto se pudo defender sola, sacó la licencia de conducción, empezó a manejar en una megaobra y en su relato de vida quedará grabada la etapa en la que ayudó a consolidar una de las autopistas de cuarta generación más importantes del país.
La misión de Yelis es el diálogo con la comunidad
No es una tarea menor la suya. Y la asume con una responsabilidad mayor porque la cumple en comunidades del Suroeste, donde nació y ha vivido casi toda la vida, y a donde siempre quiso volver para ejercer su profesión.
Yelis Restrepo no es ingeniera ni obrera, es una trabajadora social que tras cinco años en la concesión La Pintada hoy lidera el programa de apoyo a la capacidad de gestión institucional, que se enfoca en hacer visibles con los habitantes de la zona oportunidades para mejorar la productividad y el desarrollo económico.
En cabeza de Yelis está la estrategia Suroeste compra Suroeste, que incluye actividades para que los ciudadanos del sector de influencia del proyecto Pacífico 2 puedan producir y vender sus productos sin intermediarios, con un enfoque especial en 150 mujeres rurales. Mercados campesinos, ruedas de negocios y formación son incluidas entre las actividades.
Para Yelis, quien tuvo que estudiar la carrera en el Quindío, regresar a su tierra para promover el desarrollo económico alrededor de la megaobra es un sueño cumplido que, además, le ha permitido ver crecer a sus hijos. Su rol implica mantener un contacto estrecho con las comunidades, incluso en los duros momentos que viven tras la contingencia por la caída de banca en parte de la vía a La Pintada, debido a las fuertes lluvias.
Es en estos momentos cuando su trabajo se convierte en el puente para conectar con la gente aledaña al proyecto, explicarle que aunque quieren garantizar el paso en medio de la afectada vía, deben preservar su seguridad y trabajar en una solución que requiere su tiempo. También ha asumido el reto de explicar las labores silenciosas que muchas veces dan la sensación de que no hay avances. Yelis y su equipo resaltan la importancia que tiene cada persona que habita alrededor del deseo de desarrollo, el mismo que lo ha llevado a vivir las incomodidades del proceso constructivo de una megaobra.
Periodista del Área Metro.