Óscar no se considera discapacitado. Le amputaron sus dos piernas cuando tenía 11 meses. Cortaron su conexión a tierra y se fue a volar por las nubes.
El año pasado hizo los 400 metros en 45.07 segundos, tiempo excepcional, que le permitiría ser seleccionado para Londres. Su vida es volar en las pistas y como no se siente discapacitado, su meta siempre ha sido participar en los Olímpicos. En los Paraolímpicos ya se ha ganado todas las medallas de oro posibles. ¿Por qué no le permitían correr en los juegos normales? La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo -La IAAF por sus siglas en inglés- consideraba que las prótesis especiales de Óscar le daban una ventaja especial. “Pero señores, le faltan las dos piernas. Y si los Olímpicos son para promover el deporte, el esfuerzo, la tenacidad, la superación, para dar ejemplo a la juventud, ¿Alguien encarna mejor estos valores?” Pero la IAAF se oponía a su participación. En el 2008 el Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo obligó a la IAAF a modificar su posición. Y el Comité Olímpico Surafricano entendió que oscares así no nacen todos los días y lo seleccionó para correr en los Olímpicos de Londres en representación de su país.
Al nacer Óscar su padre notó que además de una malformación en los dos pies, estos no tenían los dedos completos. En lugar del peroné tenía un cartílago fibroso, una enfermedad congénita muy extraña, cuyos casos son contados en el mundo.
Para escuchar cinco opiniones distintas en Colombia se requiere sólo de dos abogados. A los padres de Óscar les pasó lo mismo con los médicos: unos decían que debían hacerse a la idea de que Óscar pasaría toda su vida en una silla de ruedas, para otros lo mejor era amputarle sólo una pierna y reconstruirle la otra, otra opinión recomendaba amputarle las dos piernas por encima de la rodilla y otra amputar las piernas justo debajo de la rodilla.
Después de muchos análisis y largas sesiones con diferentes especialistas, decidieron amputarle las dos piernas por debajo de la rodilla. Y mientras más pronto mejor. En la medida que el niño aprendiese a defenderse sin sus débiles y deformes piernitas, más rápido desarrollaría nuevas habilidades. Y así fue.
La voluntad y tenacidad de Óscar han puesto a temblar el ambiente deportivo mundial. ¿Es su presencia en los Olímpicos una tentación para que otros deportistas busquen en la tecnología herramientas que les permitan emular y superar a Óscar? ¿Se debía Óscar resignar a competir en los Paralímpicos y no desplazar de los Olímpicos a otro deportista de su país? ¿O su participación en los Olímpicos pondrá a pensar a miles de personas que sin ninguna incapacidad física ni mental, desaprovechan sus habilidades y pierden las oportunidades que les rodean?
La discriminación por raza, sexo, color, religión deberá desaparecer pronto en el mundo. En la medida que la sociedad les facilite el desarrollo de nuevas habilidades a quienes sufren de alguna incapacidad, desaparecerá la discriminación con los discapacitados. Nike se distingue por patrocinar a los deportistas más destacados del mundo; Óscar está entre ellos.
La discusión entre los puristas del deporte, quienes se oponen a la participación de Óscar en los Olímpicos, y los más aperturistas, quienes ven en Óscar un ejemplo para el mundo, no cederá pronto. No es fácil imaginar a un deportista amputándose voluntariamente sus piernas para reemplazarlas por unas prótesis de carbono. Óscar, como muchos otros, no tuvo otra alternativa. Al nacer tuvo que enfrentar el peor de los destinos, sin embargo nos ha enseñado cómo siempre hay un camino. Nunca se inquietó por ser discapacitado debido a una incapacidad, más bien se empeñó en explorar y explotar todas sus otras capacidades.
El lema de los Olímpicos “más rápido, más alto, más fuerte”, pareciera ser también el de
Óscar Pistorius. En los Olímpicos de Londres podría batir su propio récord de 45.07
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