Podría empezar este mensaje con un "felicitaciones", pero quisiera tomarme el tiempo de mostrar la verdadera importancia de esta fecha; que no se trata de un quinquenio cualquiera. Ni siquiera se trata de un aniversario más en un periódico. En realidad se trata de 35 años construyendo patria y dándonos ilusiones a muchos.
Fueron varias las vueltas a Colombia, clásicos del Porvenir, clásicos RCN, entre otros, que llegué a ver en primera fila, y apenas en estos últimos diez años soy consciente de lo que fui testigo.
Cuando la historia se construye ante los ojos de uno, pierde la magia que sólo adquiere ya plasmada en las letras de los libros o periódicos. Durante 35 años mi papá ha realizado la función de mago, sacando trucos escritos de un sombrero que parece no tener fondo (y que espero que nunca lo tenga). Son muchos los pedalazos que dieron esos Tandy alrededor de Colombia y el mundo, e innumerables pinchazos de telex que hicieron trasnochar a algunos para que nosotros pudiéramos leer las llegadas de los colombianos a metas lejanas y anécdotas que nos sorprendían a mi mamá y a mí en las mañanas antes de ir a la universidad o al colegio, muchas veces contadas entre risas por los vecinos contagiados de esa magia que sólo tiene el escritor que escribe desde el corazón.
Ahora que estoy más grande y trato de recorrer historia entre páginas y páginas de libros, sé que no es algo gratis. Es un reflejo del día a día de lo que vi en mi casa: una grabación incesante de los sucesos más emblemáticos del deporte a través de escritos apasionados y honestos, narrados con pequeñas dosis de esperanza que eran suministrada diariamente a este aporreado país que tanto las necesita. Escritos, que en su conjunto, son el registro de la historia de, no sólo el ciclismo, la natación o el boxeo, sino de la "verraquera" que el deportista colombiano tiene; un legado de nuestros abuelos que se perdió con el tiempo entre las profesiones maquinadas por la industria y que hoy sigue viva a través de los campesinos que deciden pedalear como profesión. Se hace presente en cada madrugón de un niño para ir a perfeccionar sus clavados, o en cada golpe que recibe un futuro pugilista descalzo luego de vender frutas o pescado en un playa colombiana.
Pero estos héroes de carne y hueso no serían nadie sin quién contara sus hazañas. Sin quién sufriera con ellos sus derrotas, tanto dentro como fuera de una pista, un ring o una piscina. Son sólo los evangelistas del deporte los que hacen que la alegría y esperanza de cada triunfo se propague a través de todos nosotros.
Por eso hoy no celebro 35 años de carrera profesional en un periódico. Hoy agradezco 35 años de esperanza para muchos deportistas que con la ayuda de los escritos de "Pablito" pudieron llegar a pararse en un podio, levantar un cinturón o salir del agua agitando un brazo en júbilo. 35 años en que nosotros, los lectores, hemos sido testigos de los triunfos de aquellos que nos representan dentro y fuera de Colombia. Testimonios contados a través de trucos hechos letra, para mostrarnos la magia del deporte con la pasión de su historiador.
Ahora sí, ¡¡felicitaciones……
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