Querido (por aquello de que uno quiere a ese de quien aprende) y releído Philipp, he vuelto a su libro Encyclopédie , el triunfo de la razón en tiempos irracionales, y he vuelto a quedar maravillado por sus datos, la calidad de la prosa y el humor fino con los que trata el tema del nacimiento de la Enciclopedia francesa de las artes y los oficios, nacida en los tiempos de Luis XV (a quien se le deben unos muebles muy bonitos pero bastante incómodos). Esta enciclopedia, liderada por el controvertido Denis Diderot y por D'Alembert y en la que participaron hombres como Juan Jacobo Rousseau y Voltaire, entre otros irreverentes, fue el inicio, se dice, de lo que se llamó la Ilustración, es decir, de la edad de la razón como principio de voluntad sobre el mundo conocido y las acciones entre los hombres y lo que pertenece a ellos. Fue un peligro en sus días.
La palabra Enciclopedia, querido Philipp, dice usted, proviene del griego Enklios Paideia y la traduce como la cadena del conocimiento. A mí me gusta más la definición de Nikolaos Chalavasis, que, yéndose más a la raíz de la etimología, la traduce como aquello que circula en torno a la educación (a la cultura, al conocimiento). Las dos definiciones no son contradictorias sino que se complementan. Y queda claro que una enciclopedia contiene lo que es la tierra, lo que hay en ella y lo que el hombre ha producido estando ahí. Pero no imaginando o deduciendo a partir del mero saber sin experiencia (como pasa con las Etimologías de Isidoro de Sevilla), sino buscando la razón de cada hecho y lo más verosímil que esto contiene, ya que la enciclopedia busca educar para aprender a discutir y argumentar de manera objetiva y no emocional.
Su libro, Philipp Blom (Blom que no se debe confundir con el Bloom de Harold el crítico norteamericano y tampoco con el Bloom del personaje de del Ulyses de Joice), es un documento sobre la razón y, a la vez, gira en torno a las discusiones y odios, delirios y logros. Diría que es algo muy humano, ya que contiene en sí lo que propician las partes del cerebro (en sus distintas cortezas) que tienen que ver con la certeza y lo ilusorio, que son la real cultura. Lo que no está claro, hoy, es esto de la certeza, pues la razón (que ahora es un asunto decadente) ya funciona poco y si se construyera una nueva enciclopedia ya no tendría como base a la francesa sino a otra, muy bien ilustrada, que es la de las cosas que nunca existieron. Que ya está por ahí, como se sabe.
Phlipp Blom, historiador y novelista. Nació en Hamburgo en 1970 y se formo en Viena y en Oxford, que es mezcla de barroco, medievalidad y ciencia. El valor de su libro, Encyclopédie, radica, tal vez, en una propuesta: volver a buscar la razón en lo que circula para que no abunde el pandemónium.
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