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A Godard

  • A Godard | José Guillermo Ánjel R.
    A Godard | José Guillermo Ánjel R.
18 de junio de 2010
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Querido y, en sus películas, visto Jean Luc. Uno de los últimos filmes suyos que vi se llama El Desprecio . Es una historia sobre alguien que va a escribir el guión para que otro director de cine (el alemán Fritz Lang), lleve a cabo una película sobre el desconcertante y embrujado Ulises, al que según rapsodas griegos se le debe el descubrimiento del mar Mediterráneo (el que parte la tierra por la mitad, según Isidoro de Sevilla, y por eso se llama así), habitado por pueblos distintos y monstruos diversos, dioses de funcionamiento local (como el vellocino de oro) y seres contradictorios, como las sirenas que enloquecían marineros con su canto. O como Cirse, que embrujaba a otros para tener por quien sufrir. Pero el asunto no se trata sobre las aventuras de Ulises (u Odiseo) sino sobre la intimidad de este héroe que se demora diez años en regresar a Ítaca por temor al desprecio de Penélope. Desprecio engordado.

Así que, querido Jean Luc, el tema a tratar es el del desprecio de Penélope a Ulises. Y el miedo de él a ella, pues Ulises sabía que la había obligado a despreciarlo (de ahí el miedo a regresar a Ítaca y los 10 años de camino errante desfogando arrepentimiento, chuzando ojos de cíclopes y disfrazándose de oveja). Desprecio que nació de la libertad que Ulises le dio a Penélope, permitiéndole que otros la cortejaran y le dieran regalos. Es decir, la dejó a la venta (como si fuera un fenicio) y al desgaire. Esto no lo perdona la mujer. Ella busca que su marido la proteja, no a alguien que la exhiba y en esa exhibición, la arriesgue. De ahí nace el desprecio, de ese soltar amarras y que ataca con más fuerza que un trirreme con espolón de hierro. El desprecio nace fácil. Y se cría.

Despreciar (quitarle valor a algo o a alguien) es una constante en la historia. En política, por ejemplo, el electorado desprecia a su líder cuando éste lo abandona o lo deja en manos del mejor postor. Es un problema del Eros (que es excluyente) y de traición a la filia (la construcción de comunidad). Y bueno, querido Jean Luc Godard, en el mundo de la vida presente (que es el único demostrable), pasan cosas y en eso que sucede hay miedo y el mayor de ellos es el desprecio (en el caso de Ulises, ser despreciado). Y no de extrañar que el héroe (el Ulises, que Joyce hará que se pierda en un solo día eterno) haya llegado a Ítaca disfrazado. Y si bien lo descubrieron, valió de poco: desde antes de esos 10 años errantes, ya estaba vencido. Es decir, no valió la pena haber llegado.

Jean Luc Godard, director de cine franco-suizo, es uno de los creadores de la Nouvelle Vague (el cine de vanguardia). Películas como La noche americana (una película sobre la filmación de otra) le dio gran renombre. Godard iba disfrazado a las conferencias que dictaban sobre su cine. Se divertía yendo.

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