Acaba de cumplir 80 años y su reto es mantenerse vigente, como si estuviera recién nacida. Así explica Juan Guillermo Sánchez, presidente del Cluster Andino de Groupe SEB, dueño de la marca Imusa, una de las preocupaciones que debe sortear permanentemente.
Aunque lleva catorce años trabajando con la multinacional francesa, donde se inició como agente comercial, es conocedor de la trayectoria y posicionamiento que en el mercado local tiene la octogenaria Industrias Metalúrgicas Unidas, Imusa, que ahora hace parte del portafolio que componen otros nombres como Krups, Lagostina, Moulinex, Rowenta, Samurai, T-Fal y Umco.
Mientras en 2012 la empresa logró ventas por 297.744 millones de pesos y utilidades por 6.937 millones, el año pasado los ingresos llegaron a 298.025 millones de pesos, pero el resultado final arrojó un saldo negativo de 3.254 millones, cifra que se estima se revertirá este año, gracias a la dinámica que se observa en los negocios.
En diálogo con El Colombiano, Sánchez comentó sobre los planes, expectativas y retos que para los próximos años tiene la compañía que está dedicada a la fabricación de productos para la cocina y comercialización de pequeños electrodomésticos.
¿Qué ha pasado con Imusa desde su adquisición por Groupe SEB, en 2011?
"Hemos conservado sus principales valores y lo que hemos hecho es aprovechar ese cariño que tienen en Colombia por la marca y sus productos, y lo que estamos haciendo es dándole la tecnología que tiene SEB en el mundo, más innovación para los productos, ampliamos las categorías en las que Imusa ha participado. En resumen lo que hacemos es darle más potencia a la marca".
¿Qué otros músculos adquirió Imusa con SEB?
"La llegada de SEB, que es líder mundial en las categorías de pequeños electrodomésticos y cocción, fue muy importante y lo que veo es que se unieron dos líderes: el líder mundial con el líder regional, y estamos aprovechando todo el conocimiento de ambos para lograr economías de escala, el mejoramiento de procesos, inversiones en nuevos productos y seguridad. Tenemos una compañía más moderna y preparada para atender nuevos mercados, y hemos comenzado a hacer negocios con Francia y estamos buscando la forma de desarrollar productos para África, también tenemos negocios en Estados Unidos, retomamos las negociaciones con México y le estamos vendiendo a Perú. La idea es sacarle provecho a la presencia que tiene SEB en 120 países".
¿Cuál es el interés por un mercado como el africano?
"Apuntamos a aprovechar nuestras capacidades de producción, darle más volumen a nuestras plantas, y así como nos llegan tantos productos a los mercados en que estamos, del mismo modo queremos sacarle provecho a las ventajas competitivas que tenemos en algunos segmentos, por ejemplo en el tema de calderos fundidos, y creemos que eso tiene oportunidad en ese mercado".
¿Qué dinámica ha tenido el negocio en este 2014?
"Ha sido muy buena, estamos arriba de las expectativas, nos impusimos un presupuesto agresivo y vamos cumpliendo. Creo que terminaremos creciendo este año un diez por ciento, debido a que hay una respuesta positiva del mercado doméstico como del mercado de exportaciones. Las condiciones de la economía en Colombia nos están ayudando".
Y, ¿cómo cree que será el remate del año?
"Somos optimistas. La evolución de la primera parte fue buena y prevemos que los últimos meses del año, más la celebración de los 80 años, nos darán un impulso adicional".
¿Cuánto facturará la empresa este año?
"Este año debemos estar en unos 330 mil millones de pesos".
¿Ya se trazaron los retos para los próximos 80 años?
"(Risas). Son muchos. Tenemos la obligación de renovarnos todos los días. La competencia es muy fuerte, nos copian, nos quieren quitar mercado, así que el reto es mantenernos vigentes, frescos, como si estuviéramos recién nacidos. No nos gusta hablar mucho de la competencia y preferimos destacar lo competitivos que somos. La marca y la compañía está para quedarse por siempre, para generar empleo y desarrollar los mercados estratégicos".
¿Cuál es el plan de inversiones que está ejecutando?
"Es un plan de unos quince mil millones de pesos en tres frentes, uno de ellos es la reposición de maquinaria más rápida y que consuma menos energía. También nos enfocamos en nuevos productos y otra parte de la inversión va a la seguridad del personal y las plantas".
¿Qué aprovechamiento ha tenido Imusa de los Tratados de Libre Comercio firmados por Colombia?
"Desde antes de entrar en vigor el tratado comercial con Estados Unidos, existían acuerdos que le permitían a los productos de le empresa llegar sin aranceles, así que beneficios adicionales no hubo. Tampoco vemos la llegada de esos productos desde ese mercado, pero si de México. Creemos que podemos aprovechar de mejor manera los tratados firmados con Centroamérica. Estamos teniendo algún problema en Ecuador por algunas exigencias de normas técnicas y ese es un mercado muy importante".
Es decir, ¿frente a los tratados no hay temores?
"Le tememos a un tratado comercial con China y eso lo hemos hablado en el seno de la Andi. Con eso no estaríamos de acuerdo, por el impacto tan duro que tendría para la industria nuestra. Abogamos porque eso no se dé, sería inconveniente para nuestra actividad. Además, lo que hemos visto con los tratados es que ha sido menos lo que hemos aprovechado para exportar y mucho más lo que ha llegado importado. Eso hay que revisarlo".
Otras amenazas que tengan identificadas...
"La logística es un desastre, no hay vías y la energía es de las más costosas en la región. Creo que nos han dejado solos defendiéndonos por nuestra propia mano y entiendo que la industria debe ser competitiva sin cruzarnos de brazos. No pretendemos que el país vuelva a cerrar las fronteras, pero necesitamos que del lado del Gobierno haya un ente que nos escuche, nos apoye, un Ministerio de Industria para frenar la desindustrialización que se observa".
¿El contrabando también tiene un efecto negativo?
"No. Eventualmente llegan algunos productos de contrabando, pero la categoría nuestra, particularmente, no siente que tenga un peso específico de ese fenómeno".
La tasa de cambio...
"Es un factor que genera un impacto negativo, pero eso no depende del Gobierno, entonces creo que las compañía vamos a tener que aprender a seguir manejando de la mejor forma estos movimientos de las monedas y en la medida en que a Colombia le sigan llegando inversiones vamos a tener una moneda de bajo costo, así que necesitamos una política industrial que nos ayude en otros sentidos para podernos defender".
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