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Abstención, un hábito no una falta de opciones

ESCASOS CUATRO PUNTOS porcentuales bajó el nivel de abstencionismo en elecciones del domingo, en relación con las anteriores elecciones presidenciales. La masiva participación que se esperaba no cumplió las expectativas.

  • Abstención, un hábito no una falta de opciones | Esteban Vanegas | La abstención bajó de 54,95 por ciento en las elecciones presidenciales de 2006 a 51 por ciento en los comicios del pasado domingo, lo que indica que la mitad de los colombianos aptos para votar no acudieron a las urnas en la primera vuelta presidencial.
    Abstención, un hábito no una falta de opciones | Esteban Vanegas | La abstención bajó de 54,95 por ciento en las elecciones presidenciales de 2006 a 51 por ciento en los comicios del pasado domingo, lo que indica que la mitad de los colombianos aptos para votar no acudieron a las urnas en la primera vuelta presidencial.
31 de mayo de 2010
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Contra todos los pronósticos, el promedio de abstención en Colombia bajó escasos 4 puntos porcentuales en las elecciones del pasado domingo, donde alcanzó el 51 por ciento. De los 29.983.279 ciudadanos convocados a las urnas, ejercieron este derecho 14.740.328 personas.

Ni las encuestas de las grandes firmas, ni el termómetro de la emoción callejera, ni la avalancha de votantes que se presumía saltarían de las redes sociales a las urnas, acertaron en sus cálculos, y la abstención se mantuvo dentro del promedio histórico.

La mitad de los ciudadanos aptos para votar ignoraron el llamado de la democracia, nada distinto a lo que ocurrió en 2002 cuando el presidente Álvaro Uribe subió al poder por primera vez, y se registró una participación de sólo el 46 por ciento, en 2006, cuando fue reelegido, el promedio se mantuvo. El 55 por ciento de los ciudadanos aptos para votar no lo hicieron.

Un panorama aún más preocupante se vivió en 1994, cuando ganó el candidato liberal Ernesto Samper al del Partido Conservador Andrés Pastrana. La abstención llegó al 66 por ciento, una de las más altas en la historia democrática colombiana.

Sobre el tema, el analista político Andrés Mejía Vergnaud, comenta que este fenómeno no es simple de explicar. "Es un tema muy complejo sobre el cual especular es indebido, porque lo único que resolvería ese enigma de porqué no sale a votar más gente, es una investigación empírica de fondo. La gente que considera que el sistema político colombiano es ilegítimo, va a decir que la gente no sale a votar por eso, pero bien podría no ser esa la razón, sino ser un asunto de hábito de la gente, de indiferencia frente a estas cosas y que no necesariamente implica que consideren que el sistema político es ilegítimo. Yo creo que habría que comparar las cifras con las de otros países para ver si realmente nuestro nivel de abstencionismo es tan escandaloso o si corresponde a un patrón más o menos típico".

Los más juiciosos
Cundinamarca fue el departamento en donde se registró la mejor participación, allí el 61 por ciento de los ciudadanos habilitados para votar, se dirigieron el domingo a las urnas. Contrario ocurrió en la Costa Atlántica, donde el 66,79 por ciento de los ciudadanos habilitados para sufragar, dejaron de hacerlo.

"El abstencionismo cayó cuatro puntos en relación con 2006, no es muy significativo, lo que pasa es que las expectativas eran de mayor aumento. En Estados Unidos, por ejemplo, la abstención es mucho mayor sin que eso demerite la solidez de la democracia en ese país", señala el analista Alfredo Rangel, quien coincide con Andrés Mejía en que la abstención en Colombia tiene raíces en la cultura, en el hábito del ciudadano más que en que no haya las suficientes opciones que lo motiven a participar.

"En esta ocasión no creo que la gente pueda quejarse de falta de opciones, había para todos los gustos, por eso creo que más que falta de alternativas, pudo haber cierto letargo de los votantes, porque incluso los debates y la información que por todos los medios de comunicación se publicó no logró motivarlos, lo que indica una apatía cultural frente a estos momentos importantes para la democracia", comenta Rangel.

Ambos expertos insisten en que es importante revisar qué tan alta fue la participación de quienes se dirigían por primera vez a las urnas, y si la motivación de los jóvenes para esta contienda se quedó deambulando en las páginas de internet y las redes sociales virtuales y no alcanzó a llegar a las mesas de votación.

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