El que fue calificado por el presidente Juan Manuel Santos como un gabinete para la paz y las regiones comenzó a desatar sus primeras críticas por el nombramiento de Amylkar Acosta, como ministro de Minas y Energía, y de Rubén Darío Lizarralde, en la cartera de Agricultura.
En el caso de Acosta, no se cuestiona su conocimiento sobre el tema minero y energético, pero se tienen dudas porque las insistentes críticas al Gobierno de Santos lo que lo acercan más a sectores de oposición que a las filas samperistas de las cuales proviene. La divergencia más reciente tiene que ver con sus críticas a la decisión del Gobierno de vender sus acciones en Isagen, lo cual consideró inconveniente.
En su columna “El dislate del Gobierno”, publicada el 23 de agosto, Acosta aseguró que la venta de Isagen, “dizque para financiar la construcción de cuatro vías de cuarta generación de las 47 previstas en un gran paquete por valor de $47 billones (el papel puede con todo) aprobado esta semana por el Conpes, las cuales se ejecutarían entre el 2015 y el 2020, no pasa de ser una cortina de humo. Esta es según el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas 'la cifra más grande en la historia para la infraestructura de transporte en Colombia' . A guisa de ejemplo, a nadie se le ocurriría en Antioquia privatizar a EPM de Medellín para financiar las Autopistas de la Montaña”.
Pero esta no fue su única intervención frente al tema. Hace una semana al asistir como invitado a un debate realizado en la Comisión IV de la Cámara para discutir esta decisión del Ejecutivo, advirtió que las tres joyas de la corona en el sector energético son Ecopetrol, EPM e Isagen, por lo tanto calificó su venta como inconveniente e inoportuna. En el caso concreto de Isagen aseguró que “genera ingresos y no es una carga para el país”. Por eso insistió en que el Gobierno “no puede seguir mintiendo al pueblo con la venta de Isagen”.
A esto se suma que en su columna ¿Una nueva visión?, en la que se refirió a los TLC, afirmó que este “es el Gobierno de las incoherencias” y criticó la falta de atención del Ejecutivo a las peticiones de los sectores económicos afectados por estos tratados.
“Varios gremios empresariales, especialmente los de la pequeña y mediana empresa, tanto industrial como agropecuaria, han venido clamando la necesidad de hacer un alto en el camino y reflexionar sobre la necesidad de poner más atención en la preparación que en la alocada carrera, firmando a troche y moche más y más TLC. Pero al alto Gobierno tales admoniciones le entraban por un oído y le salían por el otro, en un alarde de arrogancia muy propio de los dómines del modelo económico imperante, que se creen infalibles”.
El expresidente Ernesto Samper, aseguró a través de Twitter que “Amylkar Acosta será la voz de la provincia y la izquierda liberal en el nuevo gabinete”.
Los enredos de Lizarralde
El nuevo Ministro de Agricultura, exesposo de la actual ministra de Educación María Fernanda Campo, y gerente de Indupalma ha estado en medio de los cuestionamientos sobre las presuntas maniobras irregulares por parte de gremios económicos del Valle presentadas por el senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo. Estas denuncias obligaron al embajador en Estados Unidos, Carlos Urrutia, quien asesoró la compra de los baldíos, a presentar su renuncia.
La compra de terrenos en el Vichada cuando estaba en la Cámara de Comercio de Bogotá enredó a la ministra Campo, pues según el representante a la Cámara Iván Cepeda se trata de terrenos baldíos que luego pasaron a ser parte de un proyecto agroindustrial de Indupalma en esa región.
Al ser consultado sobre este tema, Lizarralde aseguró a los medios de comunicación que la compra se hizo cumpliendo los parámetros legales, que no excedió la Unidad Agrícola Familia (UAF) que establece la ley y obedeció a un voto de confianza que se le dio al sector agropecuario.
Esta mañana, a través de su cuenta de Twitter, el senador Robledo afirmó que “un gabinete ministerial es tan mediocre como el programa que desarrolle y el director que tenga. En el caso del de Santos no puede ser peor”.
Sobre el caso específico de Lizarralde, aseguró que el nuevo ministro de Agricultura “también prueba que Santos no está preocupado por el agro sino por los negocios de algunos magnates y clientes de Urrutia”.
Se afianza el samperismo
En declaraciones a Colprensa, el analista Ramiro Bejarano, afirmó que el cambio en los ministerios se debe a que Santos escuchó el reclamo que había de “llevar regiones al gabinete y su deber es acercarse mucho a las ellas”.
Por su parte, el exministro del Interior, Armando Estrada Villa, aseguró que hay una “sorpresa política”, en la que se le da juego al “samperismo”, y en la cual “Santos está tratando de revivir en cierta medida el Proceso 8.000 dentro del Gabinete. Haber sacado al gavirísmo del Gobierno en representación de los salientes Ministros del Interior (Fernando Carrillo) y Justicia (Luz Estella Correa), quienes son muy cercanos al expresidente Gaviria, es una jugada política”.
Sin embargo, Bejarano señaló que al presidente Santos “le dio miedo sacudirse a los 'godos' como Mauricio Cárdenas y María Fernanda Campo, quienes seguirán teniendo una importante voz en el gabinete”.
Bejarano y Estrada coincidieron en que el nombre más fuerte es el nuevo ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, debido a que es una figura nacional que le aporta una vocería política que no tenía el Gobierno con los demás Ministros. “Gómez Méndez es una persona de carácter, experimentada, es el único que ha sido Fiscal, Procurador y parlamentario”, afirmó Bejarano a Colprensa.