A punto de cambiar la ubicación de Astrid y Gastón, su restaurante bandera, después de veinte años en el barrio limeño de Miraflores, Gastón Acurio emprende un nuevo proyecto. Un palacio de 300 años, un edificio patrimonio histórico en el que construyó un mundo de fantasía.
¿Cómo se siente ante la última cena en Astrid y Gastón?
"Es el fin de un ciclo y el comienzo de otro. El mundo ya nos conoce, ahora toca hacer cosas más hermosas para que el mundo nos ame. Con esta nueva ubicación, le devolvemos a la ciudad un edificio de su patrimonio, en el que va a haber un mundo mágico de creatividad".
¿Qué nos depara el nuevo restaurante?
"El espacio es una provocación deliberada. Tenemos un jardín botánico que solamente va a ser visitado por niños, para que reciban una lección sobre la naturaleza, con ingenieros agrónomos que van a estar investigando con comunidades de pequeños agricultores. También un patio morisco, para los adultos, que van a recibir una clase de cocina todos los días. Habrá un centro de innovación y un restaurante para gente joven en el que puedes comer todos los días a buen precio. Y un espacio adicional que es el cielo -el cielo será el límite-, porque haremos realidad tus sueños: si quieres hacer una cena del año 2500, la imaginamos, la diseñamos y la servimos. El menú tiene diseñadores gráficos, artistas plásticos, músicos y cada seis meses cambiamos la historia".
El gobierno peruano apuesta por la cocina de su país. ¿Ha sido gracias a los cocineros?
"Este trabajo en equipo ha terminado contagiando a los organismos del Gobierno, a los comensales, a los productores. Todos trabajamos, porque entendemos que la gastronomía es una marca de nuestro país y que hay que defenderla".
El éxito es indiscutible. ¿Han tocado techo?
"Esta batalla no va a acabar hasta que no haya ni un solo niño en el mundo con problemas de desnutrición, ni un pequeño agricultor que sienta que el mundo no lo trata con justicia. En realidad, no va a acabar nunca, pero la vamos a librar hasta que venga la siguiente generación y siga en ella".
Perú ha sido pionero en la difusión de la cocina andina, pero hay otros países detrás. ¿Seguirá sorprendiendo la cocina latinoamericana al mundo?
"La cocina está tendiendo puentes en todos los territorios de América Latina: entre los pequeños agricultores y la ciudad, entre los pescadores artesanales y los restaurantes de ceviches. La hora de América Latina ha llegado después de mucho tiempo de estar dormida, y ahora tenemos la oportunidad de compartir lo nuestro con el mundo, nuestra creatividad y nuestros talentos. En América Latina somos decididamente locales, pero románticamente universales".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6