Al pagar su mercado en el Carrefour de Santa Ana en Bogotá es muy probable que para poder comunicarse con el cajero, deba hacerlo por medio de señas.
En este almacén, ubicado al Norte de la capital, trabajan los primeros discapacitados sensoriales auditivos y, por ello, la única forma de comunicarse con ellos es a través del lenguaje de señas.
Pero no son los únicos. Marcela Romero, gerente de Responsabilidad Social de Carrefour, explica que en todas las tiendas del país trabajan discapacitados físicos, desplazados, reinsertados y madres cabeza de familia.
"La mejor forma de luchar contra la exclusión es generar ingresos a quienes están excluidos", explica Romero.
De ese modo Carrefour ha puesto en marcha en Colombia una serie de iniciativas que buscan cerrar brechas y dar oportunidades laborales y de estudio a quiénes nunca las han tenido.
Conscientes de que todo empieza en la infancia y de que la mentalidad se forma, cada tienda en el país apadrina una escuela cercana a sus instalaciones para aportar a la calidad de la educación de los niños.
Según cifras de la organización, en la actualidad son 22.000 los niños y niñas que se benefician del programa Las escuelas hacen parte de nuestra vida.
"Acá siempre pasa algo que te saca una sonrisa", concluye Marcela Romero. "Las caras de los discapacitados y el agradecimiento de sus familias son cosas que nos hacen seguir adelante".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6