En el 2010, el Ideam le contó al país que aproximadamente 12 millones de colombianos viven en municipios con riesgo permanente de desabastecimiento de agua, y que en años secos como el actual esta cifra se incrementa a 16’000.000. Si estas son las cifras oficiales, sin mencionar el impacto individual que deja la presencia de un fenómeno como El Niño, ¿cómo será entonces el desabastecimiento de Colombia en el 2015?
Si la pérdida de capacidad de los ríos de mantener flujos de agua con calidad necesaria para el abastecimiento de los acueductos, industrias, embalses y sistemas de riego va en aumento, que alguien explique ¿de dónde van a salir las enormes cantidades de agua, entre 9.000 y 29.000 metros cuìbicos, necesarios para la operación del fracking en un solo pozo? En el caso de Argentina podrían ser más 2.500 pozos en 5 años. ¿Cuántos serían en Colombia?
Sería muy importante conocer ya los estudios técnicos realizados en nuestros municipios para poder opinar acerca de esto. Estudios de oferta, demanda, calidad y vulnerabilidad del agua superficial y subterránea en la vereda de interés, pues cada área tiene su propia geología.
Las entidades que responderán a estas preguntas son el Ministerio de Ambiente y Anla (autoridades encargadas de dar la licencia ambiental), el Ministerio de Minas y Energía y empresas interesadas (entidades responsables de su impacto), el Servicio Geológico de Colombia (antiguo Ingeominas, autoridad nacional en aguas subterráneas y sismología), el Ideam (como autoridad hidrológica de Colombia) o las mismas CAR (autoridades encargadas de dar el respectivo permiso de concesión de estos caudales).
Si el primer interés de Minminas por obtener los permisos de concesión de aguas es en el Magdalena Medio, quiero decir que de acuerdo al Estudio Nacional del Agua 2010, el rendimiento promedio del agua en esta cuenca es la más baja de Colombia, con solo 35 litros por segundo por km2, con tendencia a la baja, especialmente, en años secos como los vividos actualmente. Y si sus reservas de aguas subterráneas solo aportan al 4.5 % del total de las aguas subterráneas del país, ¿de dónde sacarían el agua? ¿De dónde la traerían?
El resto de preguntas están relacionadas con la contaminacioìn de las aguas subterraìneas, contaminacioìn atmosfeìrica, emisioìn de gases de efecto invernadero (metano), terremotos (sismicidad inducida), contaminacioìn acuìstica e impactos paisajiìsticos, y del traìfico de camiones para transportar el gas extraiìdo, el consumo de agua y la ocupacioìn del territorio.
¿Cuáles serían las rutas en el interior del suelo que tomarían los tóxicos en caso de que se escapen? ¿Cuál es la totalidad de químicos usados? ¿Dónde está la lista? Según bloomberg.com los proveedores del servicio de campos petroleros en los Estados Unidos dijeron que sus formulas químicas eran trade secrets. ¿En Colombia será lo mismo? ¿Y en caso de ocurrir una contaminación cómo y con qué tecnología será detectada inmediatamente, a tiempo, para evitar sus impactos en la salud de los colombianos? ¿Con qué normas seremos protegidos? Como ya nos lo han dicho, con estudios específicos de modelos hidrogeológicos para cada acuífero, estas entidades nos responderán.
El equívoco modelo de desarrollo del país basado solo en hidrocarburos y minería, la cuenca Magdalena-Cauca con la más baja oferta hídrica del país, la falta de información de aguas subterráneas, la poca capacidad local de monitoreo, los colombianos viviendo y expuestos en las mismas áreas de interés del fracking, ponen al país en el escenario de riesgo más alto. Teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de otros países, una regulación y discusión especial para su aprobación o no, o para su uso, protección e impactos sería lo mejor.