La final entre América de Cali y Boyacá Chicó tranquilamente se puede calificar como el enfrentamiento entre David y Goliat.
El técnico ajedrezado Alberto Gamero no lo ve así "porque somos el equipo que mejor fútbol viene jugando y hace rato nos mantenemos en las últimas instancias del campeonato", pero si usted acude al pasado se encontrará que el de América es rico y el del Chicó no existe.
Eso porque los Diablos Rojos nacieron en 1927 y los de Boyacá apenas vinieron al mundo en 2000; los de Cali suman 12 títulos en el campeonato colombiano y los de Tunja no saben qué es eso, y en el estadio Pascual Guerrero caben 45.195 personas, mientras que en La Independencia escasamente pueden ubicarse 12 mil aficionados.
Las diferencias también están en que los escarlatas sueñan con alcanzar a Millonarios para compartir el rótulo de los clubes de más estrellas en el país, y los ajedrezados se ilusionan con el primer título. América es el elenco colombiano de mayor presencia en la Copa Libertadores (18 intervenciones) y Chicó recién se estrenó en el torneo continental.
Pese a esas ventajas a favor, el arquero uruguayo Adrián Berbia les recomienda mesura y respeto por el rival a los hinchas que ayer comenzaron a agotar las 40 mil entradas que se pusieron en venta para el partido de mañana en el Pascual Guerrero, donde las boletas sufrieron un incremento del 60 por ciento.
"Uno llega a estas instancias siempre con las ganas y el deseo de quedarse con el título; sabemos que nada es fácil, que toda final es dura y difícil, pero la obligación nuestra, de América, es conseguir esa estrella 13. Aún no se ha logrado nada y esperemos que en estas dos finales se puedan hacer ambos partidos de gran forma para conseguir el campeonato", comentó el portero Berbia en la página web del América.
Lo anterior deja en evidencia el favoritismo del conjunto vallecaucano. Sin embargo, así como hay muchas diferencias son varias las similitudes que pueden equilibrar la balanza para la final de mañana y domingo por la edición 67 de la Copa Mustang I.
Entre ellas se pueden mencionar que ambos tratan bien el balón, disponen de jugadores experimentados, son los de más goles a favor durante el semestre, padecen problemas económicos ante la falta de patrocinadores sólidos y sus técnicos aún no han dado la vuelta olímpica al frente de un club en Colombia, aunque en su etapa de jugadores se destacaron en sus equipos.
Estas cosas especiales son las que generan expectativas para el primer duelo de los dos que se encargarán de definir el dueño de la corona que dejó vacante Nacional y que le entregará al campeón el honor de ser el primer equipo fijo para representar a Colombia el año entrante en la Copa Libertadores.
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