Casi es imposible llegar adonde está. Es como si se tuviera que pasar varios "retenes". Son filas interminables, a lado y lado, de bicicletas y deportistas que se cuadran por hileras para ir saliendo al momento del llamado oficial.
Imagínense la paciencia que se debe tener para evacuar 449 participantes que se inscribieron para la prueba del bicicrós en el Clásico EL COLOMBIANO, que es récord en las 38 ediciones realizadas hasta el momento. estaba en 421.
En medio de ese maremagnun de niños, jóvenes y adultos, en los cuales sobresalen vistosos uniformes, Andrés Henao Alzate espera el momento para disputar la final de la categoría 11 a 12 años rookie. Ha ganado todas las mangas y la semifinal.
Se nota inquieto, "es muy extrovertido", dice su padre Iván, quien lleva doce años comunicándolo con el mundo exterior.
Andrés sufre sordera bilateral profunda, pero nunca se ha sentido impedido para efectuar sus actividades. "Él sale con sus amiguitos, baila, es muy buen estudiante, siempre está entre los primeros y es un berraquito para el deporte", manifiesta su padre, quien considera que el triunfo ha sido no tratarlo con pesar, con lástima.
El llamado para las semifinales, su padre que lo ayuda para llegar al partidor y luego detrás de la malla hace fuerza, la misma que se ve recompensada con el triunfo en su respectivo grupo.
Intentó con el fútbol, pero era malo, como lo define su padre. Finalmente se decidió por las bicicletas, desde el momento que vio por televisión a Mariana Pajón corriendo en los Suaramericanos y dijo que así quería ser él.
"Incluso que estaría en unos Juegos Olímpicos y por eso se ha dedicado de tiempo completo al bicicrós. A mi me toca llevarlo todos los días a los entrenamientos y estar con él en los campeonatos, porque yo me encargó de hablar por él". Por eso tuvo que estudiar en la Asociación de Sordos de Antioquia, interpretación de lenguas y señas colombianas. "Eso me ha permitido entablar las conversaciones con Andrés, porque todo es a punta de señas.
Quien venía de ser primero en la Copa Itagüí y marcha tercero en la Copa Antioquia, concluyó cuarto en su primera presentación en el Clásico.
"Él no ve la hora para estar montado en la bicicleta, le ha cogido mucho amor a esta disciplina y tanto su mamá (Yuli) como yo, lo apoyamos en todo. Es algo muy gratificante y lo hacemos con mucho amor", agrega Iván, mientras con unas señas le pide el casco a Andrés y luego viene el abrazo.
Sin despeinarse
En la pista Antonio Roldán Betancur, ubicada en la unidad deportiva de Belén, un nombre se escuchaba por todos lados, el de Mariana Pajón. En las tribunas y detrás de la malla, la gente esperaba la salida de la reciente campeona panamericana y la gran figura del Clásico.
Como era de esperarse, ganó fácil las mangas de clasificación y lo mismo hizo en la final de la categoría 15 años y más. Ver a Mariana es todo un espectáculo y desde luego los aplausos siempre se escuchan por largo rato.
Y lo de simpre, amable y atenta con toda la gente. Firmando autógrafos porque es la gran estrella. "Siempre me preparo para ganar y desde luego a uno le da mucha alegría cuando triunfa. Mucho más en un evento tan importante como el Clásico".
Pico y Placa Medellín
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