La televisión, medio en el que se ha consagrado el actor colombiano Andrés Toro, desde su primera aparición en 2000, le ha generado muchas satisfacciones y a la vez le plantea todas las expectativas.
De ello habló en entrevista desde el municipio de Jardín, Antioquia, principal locación en la que se grabó La Bruja, la serie en la que interpreta a Leonel Cortés, el amor imposible de la protagonista.
Andrés es un profesional integral pues se ha preparado para las tablas y para estar delante no sólo de las cámaras: también se formó como director y productor de televisión.
Su trayectoria de más de una década, sus conocimientos en el campo y el hecho de ser uno de los nuevos talentos de la televisión colombiana, lo cubren con una especie de manto para hablar de lo que es hoy la televisión en el país y para donde va ésta.
¿Cómo llega Andrés Toro a la actuación?
"Cuando salí del colegio estudié teatro y actuación cerca de un año y medio. Luego me formé como director y productor de televisión y me fui para Estados Unidos donde retomé mis estudios de actuación. Tras un año regresé a Colombia para continuar con esa preparación en varias escuelas, entre ellas la Casa del Teatro Nacional. Después empecé a pasar hojas de vida sobretodo para televisión y finalmente en el 2000 comenzó mi carrera en ese medio con un personaje muy pequeño que se llamó el amigo Julián, en Pandillas, Guerra y Paz.
¿Cómo ha logrado escalar en ese medio tan competido y en ocasiones ‘cerrado’?
A punta de trabajo he ido avanzando hasta lograr grandes personajes. A mí no me ha sucedido como a muchos que llegan a la televisión de un momento a otro, pues me tocó luchar, empezar desde abajo y estar camellando en un medio que es bastante duro. Todo eso se ha dado gracias a dios porque, aunque con toda seguridad hay mejores que yo, a mi me ha tocado esto y lo estoy disfrutando.
Después de haber probado la televisión, el cine y el teatro ¿con cuál de ellos se queda?
Por cada uno tengo un gusto especial. He hecho más que todo televisión y me gusta mucho ese medio pues me divierto mucho con mis personajes y la paso bien. Mucha gente menosprecia la televisión pero yo vivo agradecido con ella; el teatro es el comienzo y es lo que permite tener un contacto con el publico; y el cine es el estado cumbre de todo actor, es el que permite que la gente pueda apreciar de lo que eres capaz.
De acuerdo a esa trayectoria de más de diez años en la televisión ¿Cuál cree que ha sido la transformación de este medio en los últimos años? ¿Por qué se caracteriza la televisión colombiana hoy en día?
Hemos avanzado mucho a nivel creativo, técnico y hasta en la misma actuación, pero hoy nos estamos preocupando más por entretener que por educar. La televisión colombiana ahora es puro entretenimiento, y es que los estándares obedecen a que la gente esté relajada y pase un buen momento y ya. Se han dejado de lado temas como la educación y la cultura, los cuales formaban valores. Es necesario evaluar qué se ha perdido y qué se debe rescatar y así mismo qué de lo nuevo se debe seguir incentivando.
¿Pero hay vientos de cambio o es probable que la televisión siga ese camino?
Veo que en Colombia se están tratando de hacer producciones diferentes, se está tratando de ver y hacer la televisión de otra manera, se están buscando nuevos rumbos y tratando de salir de ese molde del entretenimiento. El problema aquí es sí la industria va a permitir que sigamos desarrollando ese lado o si por el contrario nos va a llevar a hacer simplemente entretenimiento el resto de nuestras vidas.
¿Qué papel juega en ese futuro de la televisión, la proyección internacional que ésta tiene en la actualidad?
Yo creo que esa proyección está bien, siempre y cuando, sigamos mirando hacia adentro, hacia lo que somos, a tratar esas historias que son muy nuestras, pues así vamos a seguir tocando diferentes atmósferas, entornos, países y todo lo que se quiera. Si seguimos así vamos a hacer que el mundo se vuelque hacia nosotros como lo ha venido haciendo con nuestras producciones. El problema es cuando nos da por copiar cosas, nos volvemos un producto más.
¿Es decir que el reconocimiento de las producciones colombianas en el exterior, en especial las telenovelas, tiene que ver con un enfoque local?
Yo creo que se ha demostrado que las novelas nacionales que han pegado en el exterior no son copias de afuera, sino historias de nosotros, de gente de acá que le apostó a hacer algo diferente. La televisión colombiana en cuanto a dramatizados, por ejemplo, marca la diferencia en Latinoamérica porque es arriesgada. A eso me refiero, aquí están pasando cosas diferentes y por eso es que nos vienen a buscar de afuera.
¿Es ese el caso de La Bruja?
Claro, porque con La Bruja volvemos a una historia muy nuestra, que nos caracteriza como pueblo, como idiosincrasia, como cultura y eso puede ser lo llamativo de esta serie. Estamos hablando de una historia donde comienza el narcotráfico sin hablar directamente de él, donde vemos a un presidente de la República que consulta a una bruja para manejar el país. Eso pocas veces se ha tocado en la televisión colombiana y esas buenas historias van a hacer que la gente quiera ver la serie y seguramente por fuera va a llamar mucho la atención.
¿Pero en este caso, hablar de ‘lo nuestro’ no implicaría insistir en un tema como el del narcotráfico del cual estamos tan saturados?
Sí, yo creo que ya estamos algo cansados con ese tema y precisamente en el elenco de Sin tetas no hay paraíso hablábamos alguna vez de la brecha que nosotros abrimos de las narconovelas. Sin embargo, yo creo que aquí hay que valorar que La Bruja no habla del narcotráfico en sí. Tiene que ver con el tema, pero realmente la serie se va a centrar en la brujería, en ese tipo de cosas que no conocemos, que pasan por debajo de cuerda. La brujería en las producciones colombianas se ha tratado muy poco y ese es el plus de la serie.
Se deben seguir tratando temas muy ‘colombianos’ sin que ello implique hablar de narcotráfico.
El narcotráfico es algo que apenas en los últimos años ha venido a formar algo importante en la televisión nacional. Años atrás en Colombia abrimos la brecha y marcamos la diferencia cuando comenzamos a mezclar el melodrama con la comedia, con situaciones cotidianas, con lo que somos como pueblo y eso ha hecho o puede hacer que la gente siga mirándonos de manera diferente.
Qué más colombiano que las novelas colombianas Café con aroma de mujer, La casa de las dos palmas, Azúcar, Betty la fea, desde esa particularidad se puede tocar lo global, ser exitosos y tener proyección.
Dato
En La Bruja, Andrés Toro encarna a Leonel Cortés, un cafetero de El Dorado, municipio paisa en el que se desarrolla la historia. Leonel es el esposo de Claudia Mejía (Natalia Jerez), pero a la vez es el amor imposible de La Bruja, quien hará de las suyas para conquistarlo.