Ir de compras al centro comercial puede ser una experiencia interesante para algunos, aburrida para otros o muy difícil para esos que no tienen tiempo.
Argemiro Sierra, el diseñador paisa, se imagina a una señora, ejecutiva, que le dicen debe ir a Bogotá el día siguiente y llega a su casa a las ocho de la noche, cansadísima, y sin algo en su ropero que la llene lo suficiente. "¡Qué dicha que en mi casa me lleven lo que me voy a poner!", dice él.
Y lo dice, porque esa es su nueva propuesta. Ir hasta la casa de cada uno y vestirlo allí, según sus intereses y con los zapatos que ya tiene, incluso los que tenía olvidados en el clóset, porque no encontraba cómo combinarlos.
El concepto lo denominó Uno a uno Argemiro Sierra. La idea, un canal de atención personalizado.
El diseñador, por medio de sus asesoras, va al lugar y le arma la pinta. "En este servicio la intención principal es la de rescatar la moda no desde un punto de vista global, sino personal, donde se conciben aspectos como el oficio, las necesidades, el estilo de vida y el sentido estético de la persona", cuenta Argemiro.
Precisamente, uno de los intereses principales con Uno a uno es la cercanía con las personas y, por tanto, conocerlas más. Cuáles son las necesidades y cómo es cada uno, para que a través de su ropa, pueda mostrarse así.
No es vestirse por vestirse, sino hacerlo en una relación estrecha, de sentirse cómodo, según lo expresa el diseñador. Por eso le llevan lo que a usted le interesa.
Si ya tiene la blusa, solo compra el pantalón, le muestran cómo lo puede usar y que ese collar que tiene guardado le quedará genial, tanto como los zapatos de allí.
Si le da frío, tome esa chaqueta o mejor la azul que está colgada al final. Además, en otra ocasión, ese pantalón puede mezclarlo con las botas negras.
Es casi como un examen riguroso y lleno de ideas a su guardarropas.
"La realidad -indica Argemiro - es que uno no se pone las cosas como las vio en la tienda. Lo nuevo debe funcionar con lo que ya se tenía".
El diseñador piensa en prendas y en usos, como diría el dicho, de lavar y planchar, aunque él añade que se pueda vivir con ellas, sin tener que tener exceso de cuidado.
Todo un sastre
Argemiro Sierra juega con la silueta y experimenta con nuevas mezclas. Le gusta lo casual, que "no por serlo es menos sofisticado", explica.
Su nueva colección, la de fin de año, va en esa línea. La inspiración fueron los detalles de la joyería de medio oriente, pero con un toque industrial y muy urbano.
"Se trata de no ser tan literal, porque, aunque aparentemente es industrial, detrás hay todo un trabajo manual, de pieza a pieza".
La nueva colección también entra en el Uno a Uno, es decir, a la casa llegan con todas las ideas de Argemiro, incluyendo eso de rescatar la tradición y de volver a la sastrería: las prendas son a la medida de cada quien, ceñidas a su cuerpo y estilo.
Por ahora son 14 asesoras las que tocan a la puerta y llegan con la tienda hasta donde usted le diga y en el horario que más le convenga. No se preocupe si es de noche, domingo o lunes festivo.
Cuando quiera ir de compras solo aliste el clóset, porque él, hace parte de la tienda. Luego dele una llamadita a Argemiro y ya está.
Pico y Placa Medellín
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