“A estrenar mi nuevo juguete... Qué felicidad”. Esa frase la publicó Mateo Orrego Betancur en su perfil de Facebook, el pasado 20 de mayo. Se refería a la moto Kawasaki Z1000 que había adquirido.
La disfrutó durante 20 días porque a las 11:30 p.m. del pasado lunes, recibió un impacto de bala mientras la conducía y murió en el lugar del ataque, una vía pública de la calle 29C con carrera 33, en el sector La Loma del Indio, del barrio La Asomadera No 3, de la comuna 9 (Buenos Aires) y limítrofe con la 14 (El Poblado).
La principal hipótesis que manejan las autoridades sobre este crimen, es un presunto intento de robo.
“Tenemos información que indica que posiblemente se trató de un intento de hurto de la motocicleta. Atendimos el evento y estamos realizando el despliegue respectivo”, indicó el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Erick Rivas.
Tras el ataque, los victimarios huyeron de la zona sin llevarse el automotor de Mateo, que nuevo cuesta 34’490.000 de pesos.
Un joven al que le dicen "Pingüí" o "el Negro" que vive en una unidad residencial del sector y quien aseguró haber sido amigo de la víctima mortal, dijo que Mateo bajaba del mirador de Las Palmas que queda a 1600 metros y cuando ocurrieron los hechos, estaba acompañado de otro amigo que iba en una moto de bajo cilindraje.
“Venían los dos y les apareció una moto y uno de los parceritos se cayó para un lado y Mateo como que intentó volarse, pero le dispararon y cayó al suelo. Escuché el estruendo desde mi casa y al momentico empezaron a gritarme por el apodo: Pingüí, Pingüi ayudanos’. Me asomé, le dije a mi mamá que llamara una ambulancia y bajé, pero el parcero ya estaba muerto y el otro me contó que habían intentado atracarlos”, relató el joven.
En la agresión habrían participado, por lo menos, dos personas que se movilizaban en una moto.
A pesar de que en el sector hay varias cámaras de seguridad, residentes y transeúntes aseguraron que se han vuelto habituales los atracos a peatones y motociclistas y argumentaron que el puente de La Asomadera, que queda a aproximadamente 50 metros y que conecta con los barrios Loreto y El Salvador, influye en esa situación porque es utilizado como ruta de escape.
“Esa zona es muy compleja y la Policía lo sabe; lo hemos denunciado todo el tiempo. Es un corredor para los delincuentes”, relató Rolando Plazas, quien lidera una comunidad de Facebook llamada Motos robadas y encontradas, la cual tiene 46.296 miembros.
En ese perfil ayer se divulgó la muerte de Mateo y varias personas invitaron a realizar una movilización para exigirle a las autoridades condiciones que permitan que los motociclistas puedan circular tranquilos por las calles de Medellín, con el menor riesgo posible de ser abordados por delincuentes. Este año, según reportes de ese sitio web, a 9 personas les han quitado la vida por arrebatarles sus motos.
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