El Juez Séptimo Penal de Barranquilla condenó a 278 meses de prisión a Brayan Darío Blanco Escorcia, confeso asesino de la ciudadana española Irene Cortés Lucas, en hechos que ocurrieron el pasado 2 de marzo en una discoteca al sur de la capital del Atlántico.
La audiencia se llevó a cabo el lunes y allí Blanco Escorcia pidió al juez que no lo condenaran por sicariato y que lo ocurrido esa madrugada se debió al los efectos del licor y las drogas que había consumido horas previas al hecho.
"No me condenen como sicario. Lo que hice fue bajo los efectos de la droga y el alcohol. El tiro se me salió y acepto mi error", dijo durante la declaración ante el juez.
La condena a Blanco Escorcia se produjo tras declararse ante el juez culpable de homicidio agravado en concurso con hurto calificado agravado y porte ilegal de armas de fuego.
Como se recordará en la madrugada del miércoles 2 de marzo Irene Cortés Lucas, su esposo Farid Llinás Ariza y varios amigos, estaban departiendo en una discoteca al sur de Barranquilla, cuando llegó Brayan Blanco Escorcia con su cómplice Juan Carlos Guerrero y procedieron a intimidarlos con una pistola calibre 32. Blanco Escorcia, quien tenía el arma, procedió a quitarle su bolso a la ciudadana española, pero al parecer la droga y el alcohol actuaron en la personalidad de éste. El homicida disparó causándole una herida a la mujer, quien horas más tarde falleció.
Los dos jóvenes huyeron mientras Llinás llevaba a su esposa hasta una clínica donde la declararon muerta. La Policía de Barranquilla después de analizar los videos de las cámaras que estaban en el sitio lograron la captura de uno de los delincuentes y éste confesó quién era su cómplice y dónde vivía.
Después de varios intentos de la Policía Nacional y de persuadir a la familia de “El Juanchis” éste terminó por entregarse ante las autoridades. Ahora está a la espera de la condena la cual se produciría este fin de semana o a comienzos de la entrante.
Irene Cortés Lucas, tenía 30, dejó a cinco hijos, entre ellos dos con el barranquillero Farid Llinás Ariza, quien ahora está a cargo de ellos, pero protegido por las autoridades de España, porque los familiares de la mujer fallecida lo culparon de tener que ver con la muerte.