El ex primer ministro de Egipto Ahmed Shafiq dijo que respaldaría al jefe del Ejército, Abdel Fattah al-Sisi, como candidato presidencial, aumentando las especulaciones que apuntan a que el hombre que lideró el derrocamiento contra Mohamed Mursi podría ser el próximo jefe de Estado del país.
Shafiq, un ex comandante de la Fuerza Aérea y que ocupó el segundo lugar en las elecciones presidenciales del año pasado, dijo que no se presentaría en las comicios del próximo año en caso de que Sisi compita.
El comentario sugiere por qué no hay candidatos declarados , a pocos meses de los comicios, en momentos en que los políticos de la nación árabe más poblada del mundo están a la espera de que Sisi anuncie sus intenciones de competir por el cargo.
En declaraciones separadas, el ex jefe de la Liga Arabe, Amr Moussa, quien también compitió en las elecciones del año pasado, dijo que Sisi ganaría por amplio margen estos comicios. Egipto "quiere un líder decidido" ante la "preocupación y el miedo por la anarquía y el terrorismo", dijo Moussa.
Sisi ha dicho que no busca el poder, aunque las especulaciones sobre su candidatura han aumentado desde que el general del Ejército derrocó al presidente Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes, el pasado 3 de julio.
En una entrevista con la cadena de televisión Dream 2, Shafiq dijo que sólo competirá en las elecciones presidenciales si cuenta con un amplio apoyo, pero sostuvo que no participará en los comicios si Sisi lo hacía.
"Nosotros lo apoyamos y yo soy el primero en respaldarlo", dijo Shafiq, segundo en las elecciones presidenciales de 2012. "Si Sisi está nominado no voy a competir", agregó.
La elección presidencial de 2012, realizada tras el derrocamiento de Hosni Mubarak, fue la primera vez que los egipcios eligieron libremente su jefe de Estado. Los comicios fueron precedidos por meses de campaña frenética, en marcado contraste con el actual clima político.
Mursi fue el primer civil en gobernar Egipto desde que el Ejército derrocó a la monarquía en 1952. Una presidencia de Sisi marcaría el retorno al Gobierno de los militares.