Al finalizar 2012, Colombia termina una vez más con el número 1 mundial en aves, tras el hallazgo y confirmación de 8 nuevas especies, con lo que llegó a 1.897, reportó Proaves en la Revista Conservación Colombiana.
Desde 2007 esa Fundación publica el listado de las aves del país. En ese año se habían detectado 1.869, pasando a dos más en 2009. Desde entocnes se han reportado y confirmado de 8 a 10 nuevas especies por año.
Colombia está por encima de Perú (1.834) y de Brasil (1.785) como el país con más alta diversidad de aves. La inmensa mayoría de ellas también se reportan en otras latitudes.
En la última edición de esa revista se presentaron, también, las primeras fotografías del cucarachero de Santa Marta (Troglodytes monticola), las primeras en su hábitat, además de detalles del primer avistamiento de este pájaro en más de una década, pyues se considera en Peligro Crítico.
Fue hallado, informó Proaves, en una pequeña zona de páramo remanente a 3.250 metros sobre el flanco occidenta de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Las 9 especies nuevas descritas para Colombia son:
La pavita roja (Haematoderus militaris) y el Turdus sanchezorum, el cucarachero paisa (Thryophilus sernai), y la Tángara punteada (Tangara punctata). También el Antioquia Wren (Tryophilus sernai), el picopando canelo (Limosa fedoa) y la Reinita gusanera (Helmitheros vermivorum) se convirtieron en especies confirmadas.
Un comunicado de la Fundación reportó además que la Cacatua galerita es una nueva especie exótica y Melopsittacus undulatus se vuelve especie confirmada además de exótica.
En la publicación se actualizó el estado de amenaza de varias especies y se presentaron las modificaciones a nombres de géneros y especies, nombres en inglés y el orden del listado.
Thomas Donegan, Alonso Quevedo y colegas actualizaron, asimismo, el estado de amenaza sobre diferentes aves, siendo lo más notorio el cambio de categoría de tres especies, que pasaron de amenazadas a vulnerables gracias a los programas de conservación que se han desarrollado en los últimos años.
La buena nueva contrasta con la alarma que cunde por las tasas de deforestación en la Amazonía, por lo que varias especies de amplia distribución fueron clasificadas en la categoría de amenazadas.
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