Las 12 faltas en la lista del colegio de Juan Camilo * evidencian que el joven de 13 años no es buen estudiante. Revelan la escasez económica de su familia que no tiene dinero para pagar las exigencias de "los Urabeños" y le impiden entrar al colegio.
La cuota es aparentemente pequeña. Dos mil pesos para que los alumnos lleguen a las aulas. "Se paran justo en la puerta y piden la ñapa (cuota). Si no pueden darla, se la suman y esperan hasta el fin de semana para cobrar $10.000. Si no tienen, dan plazo hasta el fin de mes para cobrar $40.000 y cinco más como intereses", cuenta la madre de Juan Camilo.
Pero las faltas de asistencia suben, porque en el barrio Edmundo López, en Montería, y otros que bordean el Sinú en el sur de la ciudad, "la plata escasea" y las amenazas de muerte a los estudiantes que no pagan suben, entonces los patios de recreo, los corredores, y las instituciones se quedan solas.
Siembran el terror
En los colegios nadie habla. Los que se oponen a estas prácticas tienen que abandonar las instituciones educativas y evitar caer tras las balas de las bandas criminales.
"Yo fui uno de los que me opuse. Los enfrenté incluso en la puerta del colegio y a la media hora ya tenía las amenazas en la puerta de la institución", cuenta uno de los tres rectores declarados objetivo militar por las bandas criminales.
Las intimidaciones se extienden más allá de las instituciones educativas. En los barrios El Paraíso, Villarreal, la invasión Casa Finca, las pandillas, algunas bajo el mando de "los Urabeños", imponen toques de queda.
"Esto de día es aparentemente tranquilo. Pero en la noche no se puede salir a partir de las 9:00 p.m. y el que lo haga se atiene a las consecuencias", dice una líder de El Paraíso, quien pidió reserva de su nombre por seguridad.
Lo que más inquieta a las familias es que en los barrios del sur de Montería, el reclutamiento ilegal y consentido de menores de edad "viene haciendo carrera".
Habitantes del barrio Edmundo López 2 cuentan que "esta gente les ofrece a los ‘pelaos’ algunas platas pa’ que se vayan con ellos. Otros son obligados a irse".
Miedo a los mochacabezas
El 16 de agosto pasado, un crimen estremeció a los monterianos. En una finca en el sector Los Garzones, los comerciantes de queso Rafael Sócrates Pérez y Rafael Peña Hoyos fueron decapitados por cuatro sujetos, al parecer integrantes de "los Urabeños".
Investigadores de la Fiscalía señalaron que "la muerte de ambos se dio al parecer porque Sócrates se habría quedado con un dinero de ‘los Urabeños’".
En la legalización de la captura de los perpetradores de este hecho, el pasado 27 de noviembre, la Fiscalía presentó imágenes incautadas el día de la aprehensión de los presuntos autores. "En estas se ve a las dos víctimas boca abajo y encima de ellos dinero. Después muestran a los dos comerciantes asesinados. A Sócrates le mocharon la cabeza, mientras que a su compañero lo degollaron".
Lo que no han podido establecer las autoridades es dónde están los cuerpos. "Parece que los tiraron al Sinú", dijo el investigador. Sin embargo, y pese a la captura de los presuntos autores, el imaginario de la gente de Córdoba está afectado, tanto que dicen que "los mochacabezas" siguen operando en otras regiones como Tierralta, Valencia, y zonas rurales de Montelíbano.
"Todo ha mejorado"
El coronel Jaime Ávila Ramírez, comandante de Policía de Córdoba, desestimó las denuncias del cobro de extorsiones a los estudiantes. "Eso es falso. Acá sí tenemos presencia de ‘los Urabeños’, pero ellos cobran extorsión a los comerciantes y en las zonas rurales. A pesar que hay delincuentes, está controlado y con el Ejército sabemos que no hay un conato de un ataque guerrillero".
Ávila indica que sí hay amenazas contra muchas personas "entre ellos docentes y rectores, pero hay otros que se autoamenazan para que les hagan traslados porque no están conformes donde están".
El Coronel asegura que los homicidios en esta región disminuyeron en el 2012, pues en lo que va del año se han presentado 293 asesinatos, mientras que en el 2011 hubo 530.
El Colombiano buscó en varias oportunidades al Gobernador de Córdoba para obtener su versión, pero no obtuvo respuesta.
En Córdoba el silencio es la respuesta al temor impuesto por las bandas criminales que han hecho del miedo y la extorsión, el Rey Midas para sus operaciones.
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