En una calle de Brujas, en Bélgica, una pareja cumple su sueño de hadas. Vestidos de blanco se juran amor eterno en una de las ciudades más románticas del mundo.
La arquitectura del lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, los embellece. Al mismo tiempo que un grupo de hispanohablantes pasa por el templo y grita: ¡Vivan los novios… ¡Besos, besos…
La ciudad debe su nombre a los puentes. En el año 2012 arribaron tres millones de personas hasta su casco histórico.
A 60 minutos de Brujas, en Amberes, vive un perverso gigante. Su nombre, Druoon Antigoon. Cobraba peaje para transitar por el río, según la leyenda.
"Si un barco pasaba sin pagar, le cortaba la mano al capitán y la arrojaba a las aguas del río Escalda", cuenta Coletta una de las guías turísticas de Amberes, segunda capital de Bélgica y ciudad en la que nació el mítico Druoon. Hoy, las manos de los desafortunados marinos pueden conseguirse en las tiendas como un dulce chocolate.
Reconocida por su puerto, el segundo en importancia dentro de Europa, hasta Amberes llega el 70 por ciento de los alimentos que consumen los belgas y los habitantes de otros países y ciudades cercanas.
Antuerpia, nombre que recibió la ciudad en otros tiempos, hace gala de su arquitectura y de las iglesias, que en forma de museo exponen obras de famosos pintores, como Peter Rubens cuya obra la resguarda el templo de San Carlos Borromeo.
Saliendo de Amberes, a 45 minutos, se encuentra Gante, ciudad en la cual nació en el año 1500 el rey Carlos de Austria, amado en España y temido en Bélgica.
Las calles y el río Lys dibujan historias de castillos y monarcas que atraen a los visitantes quienes, en un paseo en barca que no tarda más de una hora, pueden hacerse una imagen de esta ciudad que en 2011 fue catalogada por Lonely Planet como uno de los mejores destinos para viajar en el mundo.
Ghent, nombre de la ciudad en neerlandés, es el lugar perfecto para los que quieren bailar un poco. Al ser una ciudad con una alta población universitaria, conocen de diversión. Según sus habitantes el Café Charlatan es el mejor lugar.
No puede abandonarse el pueblo gantés sin antes probar un delicioso cuberdon, dulce tradicional relleno de frambuesa que fue casi olvidado en la Segunda Guerra Mundial y que intenta ser recuperado en la actualidad.
Un corto recorrido por Bélgica no puede dejar de incluir a Bruselas, capital del país y nombrada capital de Europa.
Cuna de cómics tan importantes como Tintín, Los Pitufos y Lucky Luke, Bruselas se debate entre la arquitectura antigua y la historia más moderna de la Unión Europea.
Sus calles, llenas de grafitis, invitan a tomar cerveza, comer papas fritas y seguir disfrutando del chocolate, tres aspectos que unen a Bélgica, un país pequeño, pero lleno de riquezas.
El lugar perfecto para dibujar un cuento con gigantes, castillos, historias de amor y princesas desprevenidas.
Pico y Placa Medellín
viernes
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