Mañana cumple 90 años el expresidente Belisario Betancur. Nacido en Amagá, en 1923, es junto con el también antioqueño Marco Fidel Suárez, uno de los ejemplos más claros de personalidades forjadas contra toda clase de adversidades y carencias económicas en su infancia. A fuerza de estudio y consagración a las humanidades, lograron convertirse en hombres de cultura universal.
Belisario Betancur fue un político aguerrido, que luego de varios intentos alcanzó la Presidencia de la República, en 1982. Sus cuatro años de gobierno fueron de esfuerzos decididos por alcanzar la paz en Colombia, y de dolorosos desengaños por la incomprensión de unos y otros.
A su vez, fue el gobierno en el que el país logró cierta respetabilidad internacional, y en el que muchos colombianos vieron, como pocas otras veces, a un gobernante que amaba a su país y conocía a su gente.
Las dificultades que tuvo que sortear fueron tremendas. La guerrilla respondió a su generosidad de manera torva y sangrienta. Incendiaron el Palacio de Justicia y masacraron a los magistrados.
Betancur se retiró de la actividad política al terminar su administración, en 1986, y desde entonces su dignidad y su prudencia son ejemplo para muchos, aunque por desventura, muy poco imitado.
Hablar del presidente Betancur es hablar de tolerancia, de humanismo, de cultura, de reconciliación. De respeto a sus compatriotas y de nobleza en el ejercicio de la política.
