Jorge Hernán Bermúdez, el "Patrón", vivió el pasado sábado uno de los momentos más paradójicos de su vida. La felicidad que lo abarcó durante los últimos 80 minutos como jugador profesional, pasó a ser melancolía al abandonar el terreno de juego al minuto 30 de la segunda parte en su partido de despedida.
Todas las grandes figuras colombianas y suramericanas que llegaron al homenaje del ex futbolista quindiano lucieron la camiseta número 2, la que caracterizó a Bermúdez durante su brillante carrera como futbolista.
El equipo de la selección Colombia, comandado por Carlos "El Pibe" Valderrama y su corte, fue superado 1-3 por los Amigos de Bermúdez que luciendo la casaca del Boca Juniors argentino, hicieron del Centenario un verdadero hervidero futbolístico con los goles de Daniel Tilger, Rubén Darío Hernández y Víctor Aristizábal.
En medio de calurosos abrazos de su padre, sus hijos, su esposa y los grandes amigos que durante 20 años de carrera lo siguieron en el fútbol profesional, el "Patrón" le dijo adiós a la pelota mientras agradecía a los ocho mil aficionados que lo acompañaron en las gradas del "Jardín de América".
"Qué felicidad siento con el apoyo de mi familia, mis paisanos y mis amigos. Es hermoso vivir esto, todo se lo debo al fútbol. Ahora seguiré pero desde el banco", dijo Jorge Bermúdez.
Carlos Bianchi, en los Amigos de Bermúdez, y Reinaldo Rueda, en la selección Colombia, fueron los estrategas que dirigieron el compromiso denominado El adiós del Patrón.
De los momentos para destacar en la despedida, fue el vivido cuando el recio y fuerte zaguero dejó ver lágrimas en sus ojos al recibir con fuerte abrazo de bienvenida al juego a su padre Jorge Bermúdez Melo, histórico defensor del Deportes Quindío, y a su hijo Jorge David Bermúdez. Las tres generaciones de los Bermúdez en la misma cancha.
En ese momento los aplausos se hicieron sentir y también aparecieron las palabras del Patrón.
"Cuando ingresaron Jorge David y mi viejo fue un momento lleno de sentimiento y emoción. Verlos en una cancha conmigo era un sueño y gracias a Dios se cumplió", expresó satisfecho el ex futbolista cafetero.
El defensa centro colombiano también dijo que "Me voy del fútbol satisfecho y con mucho agradecimiento a Dios por lo que me dio, por lo que me permitió vivir. Porque de jugar en la cancha de La Isabela (un barrio del sur de Armenia) con los pies descalzos, llegar a ganar una Intercontinental es una muestra de que uno puede lograr lo que se propone", puntualizó Bermúdez.
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