La plaqueta, ubicada en la parte trasera lo señala 320d. No 320 o 320i. Es con d.
Sí, se trata del primer sedan impulsado por diesel que BMW trae al mercado colombiano, una oportunidad que muchos amantes de esta marca estaban esperando. Tener las comodidades y el confort que un carro con el emblema que la hélice representa, más la economía y el buen desempeño implicados en la gestión de un motor movido por gasóleo.
En su diseño exterior, el modelo presenta las características propias que han hecho popular a la marca. Sus faros alargados, los pasos de rueda pronunciados, una silueta estilizada por la línea de la cintura que lo alarga y le da una óptica más deportiva.
Este vehículo ofrece una posición de manejo para el conductor que se podría decir intermedia, ni muy baja como en muchos deportivos, pero tampoco tan alta, tiene su asiento izquierdo reglaje en altura, al igual que el volante, también en profundidad, que permite acomodar los elementos a conveniencia y gusto de quien pilotea el auto.
Su interior es cómdo en regla general, quizá un poco ajustado el espacio para las piernas en la plaza trasera. La visibilidad es óptima para que el conductor esté atento a las condiciones externas sobre la vía y tome las decisiones más prudentes en su marcha.
Cuando la llave se introduce en la ranura al lado derecho del volante y se oprime el boton Start/Stop, la sensación de manejo hace olvidar cualquier problema.
Con su motor diesel, que monta la tecnología de riel común (common rail) que entrega a la cámara de combustión el diesel a una presión cercana a los 2000 bares, la gestión del motor es muy eficiente. Y cuando el tacómetro se acerca a las 1.800 revoluciones se percibe ya la fuerza del torque en la marcha. La espalda contra el asiento es la señal inequívoca de que el turbo entró a jugar y las marchas se van entregando de manera suave, pero constante y firme en la versión automática que EL COLOMBIANO probó en la unidad entregada por Autogermana en Medellín.
Su dirección es confiable, precisa en la forma de atender el comando que da el conductor para llevar el vehículo al punto que quiere, de un tacto agradable y sobretodo seguro.
El comportamiento de la suspensión es lo suficientemente duro como para permitir el desempeño deportivo del carro, y que éste se perciba bien asentado sobre el firme que rueda.
A este desarrollo de la suspensión se suma el control de estabilidad que también ayuda a corregir, en lo posible, si no hay excesos, situaciones de error en el manejo del carro.
Caballos briosos pero que se dejan controlar es lo que tiene este alemán en su capó.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
