Los jardines de Buen Comienzo son una fiesta de colores, aunque la mayoría de las paredes son blancas. Están las mesas y las sillas, que también son blancas, pero hay color. En los juguetes, en las pelotas, en los platos en las crayolas, en las risas que golpean contra las paredes.
Ahora no son la sombra del proyecto que se ideó Sergio Fajardo en la Alcaldía de Medellín de hace más de ocho años. En la administración de Alonso Salazar se implementó el crecimiento en cobertura y la evolución de los que se llamaron en su momento Jardines de Calidad, esas obras urbanísticas modernas que sobresalen en la periferia.
En 1997 Proantioquia quiso respaldar un proyecto que acompañara la infancia de los niños de Medellín, los de aquellas familias que no tenían con qué pagar una matrícula en un jardín. Sergio Fajardo propone un trabajo de educación e innovación, de allí surgen Parque Explora y Ruta N. Pero quedó en el tintero el proyecto de acompañamiento, hasta 2003.
Finalizando el Gobierno de Fajardo, ya la ciudad atendía cerca de 45.000 niños, 38 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y 7.000 con recursos propios. Era un trabajo ligado a la nutrición. En 2007 se pensaba ya en jardines infantiles.
Marta Liliana Herrera, primera dama de la alcaldía de Alonso Salazar, dirige el proyecto en la administración de su esposo. Se exploraron modelos de Chile y Cuba, incluso el implementado por el ahora alcalde Aníbal Gaviria cuando era gobernador de Antioquia.
El reto empezó en la gestación y hasta los cinco años. Se subió la cobertura hasta que en 2011 se atendían 91.000 niños.
En la alcaldía de Aníbal se quiere que haya un jardín infantil por comuna, además de los hogares en los que los niños son atendidos, para que así los ecos que se escuchen en la ciudad sean los de las risas.
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