En ocasiones siento rabia por nuestros hermanos venezolanos; y en otras tantas, lástima. Además de preguntarme y preguntarme ¿Por qué los pueblos eligen para regir los destinos de un país a un ciudadano que llegó al poder por la fuerza bruta, mas no por sus renovadoras e inteligentes ideas?
Para rematar, nuestros queridos vecinos y hermanos, reeligen y reeligen a quien ven que acaba con su propio pueblo. Desde niño en mi mente siempre cruzó la imagen de Venezuela como la gran potencia de Suramérica. El sueño de los colombianos para mejorar su situación económica fue el americano y el caraqueño. ¡Qué orgullo era para cualquier colombiano tener un familiar en esas tierras, era la comidilla diaria en toda conversación!
¿Cómo envuelven en un mar de engaños los populistas a su pueblo para lograr el poder absoluto?, ¿cómo logran pasar sobre grandes estadistas, economistas, abogados o simplemente ciudadanos sin títulos pero excelentemente preparados para gobernar?
Por esto y por mucho más, Venezuela se encuentra textualmente en preguerra. Sí, es el pueblo venezolano el que se buscó esta situación y él será el que dé solución a la misma.
Ellos tendrán que reventar ante tan lamentable situación que viven en un país con la nevera llena, pero que aguanta hambre.
El culpable cerró los ojos y volteó la espalda a su pueblo, para dirigir su mirada hacia nosotros.
¡Pero ah equivocado que está!, no encontrará ni en Colombia ni en ningún lugar del planeta distractores ni estúpidos que dejemos de preocuparnos por la actual miserable situación que viven Venezuela y sus hijos.
Si bien es cierto lo escrito en el editorial de EL COLOMBIANO, "muchas de las más cruentas guerras han sido iniciadas por locos". Nuestro pésimo y descocado vecino no llegará mas allá del lanzamiento de amenazantes epítetos babeados por esa jeta de fuego.
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