La delimitación de la ruta del canal interoceánico que atravesaría Nicaragua despierta distintas sensaciones: por un lado, una serie de expectativas económicas y de desarrollo y, por otro, la preocupación de los ecologistas y el escepticismo de los gremios de la construcción.
Expectativas, porque el Ejecutivo espera que con el inicio de la construcción del canal, aún más amplio que el de Panamá y cuyas obras está previsto que comiencen en diciembre próximo, se eleve el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua de entre el 4 y el 5 por ciento a un 10,8 por ciento en 2015, y hasta un 15 por ciento en 2016.
Nicaragua, según las proyecciones de Daniel Ortega, pretende además duplicar su economía y convertirse en uno de los países con mayor crecimiento entre 2015 y 2019, cuando está previsto acabar la obra.
La Comisión del Gran Canal de Nicaragua y la concesionaria china HKND Group presentaron el pasado lunes la ruta de la vía interoceánica de 278 kilómetros desde el litoral del Pacífico hasta el Caribe del país.
El canal, cuyo ancho será de entre 230 metros y 520 metros, con una profundidad de hasta 30 metros, partirá desde la costa pacífica de Brito, en el suroeste de Nicaragua, y llegará a la desembocadura del río Punta Gorda, en el Caribe, tras atravesar el Gran Lago en 105 kilómetros, según el plan oficial.
Cada año podrán pasar por el canal 5.100 barcos de los más grandes del mundo, un 5 por ciento del comercio internacional, con un tiempo de tránsito de 30 horas, incluyendo el paso por dos esclusas, según HKND Group.
La Cámara de la Construcción de Nicaragua espera ser uno de los sectores beneficiados por el proyecto, que además del canal incluye dos puertos, una zona de libre comercio, un complejo turístico con cuatro tipos de hoteles, un aeropuerto y diversas carreteras.
Sin embargo, la concesionaria del proyecto aún no ha presentado un estudio de impacto ambiental ni el resultado del estudio de viabilidad financiera, técnica y comercial.
Por esta razón, organismos de defensa de la naturaleza locales han expresado su preocupación, principalmente por el posible impacto en el Gran Lago o lago Cocibolba y en los bosques, incluida una reserva de la biosfera.
El grupo ecologista no gubernamental Centro Humboldt ha expresado su preocupación a la prensa internacional porque no se ha tratado el impacto en el Lago de Nicaragua, al recordar que 105 kilómetros de la ruta pasarán por él y que "es uno de los temas de mayor preocupación por tratarse de nuestra mayor reserva de agua potable".
Pero, el empresario chino Wang Jing, propietario del HKND Group, aseguró que esa obra millonaria será ecológica y amigable con el ambiente.
"Les doy mi palabra de que el canal de Nicaragua será un canal ecológico, amigable al medio ambiente", dijo el empresario chino, a través de un interprete, durante un encuentro en Managua con el presidente nicaragüense.
El toque de escepticismo frente a la construcción del canal lo dio ayer a la prensa local, por su parte, el presidente de la Cámara Nicaragüense de la Construcción, Benjamín Lanzas.
"El canal no va a iniciar en diciembre. No están listos HKND, ni Nicaragua está lista para iniciar en diciembre. Lo que se va a iniciar en diciembre son las obras preliminares para cuando los estudios y diseños sean terminados. Necesitamos empezar por hacer un puerto en el Pacífico o en el Atlántico (Caribe), depende de lo que se decida iniciar, pero no tenemos la capacidad ahorita en las carreteras, vías, la parte eléctrica, hidráulica, para hacer la obra", argumentó Lanzas.
Mientras el proyecto toma fuerza con la determinación de la ruta, aún hay una serie de dudas ambientales y financieras, en medio de las expectativas económicas y de desarrollo que se han generado en este país centroamericano.
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